12 octubre 2014

VIAJES


         Adentrarse en un escrito de queja puede inducir a pensar en quien lo lee cierto grado de descortesía. Espero que no se interprete así.
 La agencia de viajes que, en exclusiva, ofrece sus servicios en AMADUMA utiliza torpes argumentos para justificar las condiciones que impone a sus usuarios. Las plazas de tren o avión, el número de habitaciones del hotel o de autobuses a contratar u otras razones de logística no pueden ser, de facto, causa para que ningún socio se vea privado de su derecho a participar en los viajes. Dar un plazo para inscribirse y limitar las plazas es de una arbitrariedad fronteriza con el abuso. ¿Se llegará al extremo de hacer noche a las puertas de la agencia para conseguir una plaza como las jovencitas con el cantante de moda?
         Sería deseable que quienes, voluntariamente, rigen AMADUMA,  mostrasen su disconformidad con esta actitud y exigieran de estos un cambio radical en su postura. En un mercado tan competitivo como el actual, existen agencias con capacidad suficiente para dar sobrada respuesta a cualquier demanda que se les plantee. Es un error justificar, amparar y excusar estas actitudes profesionales que solo persiguen asegurarse 
el negocio frente al servicio. Me niego a claudicar sin resistencia ante el <<esto es lo que hay>>

Nono Villalta, octubre 2014




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