18 enero 2013

MIS PIERNAS ESTAN TORCIDAS

Esto no tiene nada que ver con “Los renglones torcidos de Dios” obra del magistral Torcuato Luca de Tena, publicada en 1.979 y en la que se adentra en el mundo de la psiquiatría y la mente. No, como decía, este artículo va a mirar mas abajo y va referirse a nuestras piernas, en el que la mayor parte de las personas no presta mucha importancia a la existencia de las desviaciones de estos miembros y el alcance que tiene para nuestro equilibrio y bienestar.


Causas comunes en personas mayores y que van imposibilitando sus desplazamientos con estas deformidades, las cuales tienen una gran importancia en Rehabilitación y con los medios físicos que cuenta. De forma general, estas patologías se caracterizan por una angulación de la rodilla más allá de sus límites normales, en todos los planos, y hay que destacar las más frecuentes: Genus varum, Genu valgus y el Genus recurvatum, pudiendo obedecer a diferentes causas de tipo fisiológico, congénito o adquirido. Si bien en los primeros años de vida son frecuentes estas desviaciones, en el adulto mayor son degenerativas e incapacitan para las AVD (Actividades de la Vida Diaria), no existiendo un sexo predominante para estas deformidades.


La articulación de la rodilla, de suma importancia para la marcha, es una de las más grandes y complejas del esqueleto humano, presenta una gran cantidad de componentes articulares que contribuyen a su protección y funcionalidad. En su estructura y funcionamiento permite la flexión, la extensión y una ligera rotación. Igualmente se encuentra protegida por ligamentos y meniscos junto a los músculos que la atraviesan.


Normalmente nuestras piernas tienen cierto ángulo obtuso, y abiertas hacia afuera, que entra en la normalidad, otra cosa es sobrepasar estos límites y entrar en dificultades de mayor importancia.


Las radiologías son fundamentales para observar la articulación, el grado de la deformidad y elegir el futuro tratamiento, los cuales irán dirigidos a cuidar los ligamentos distendidos, fortalecer los músculos afectados y lograr el equilibrio de las cargas sobre los meniscos y reducar la marcha.




Igualmente se adoptarán los siguientes tratamientos preventivos:

• En la fase aguda, evitar subir escaleras.

• Educación sanitaria y dietética.

• Utilizar un bastón para evitar las caídas.

• Evitar marchas prolongadas.

• No usar tacones altos.

Otros problemas que afectan a estas desviaciones son la obesidad, la cadera, rodilla, tobillo, los pies y la columna vertebral, muchas veces con deformaciones o daños irreversibles que ocasionan dolor e incapacidad para caminar, siendo frecuente observar a individuos de los dos sexos que presentan estas anomalías.

No es baladí este clásico fenómeno de las piernas torcidas, pues es algo que se presenta, de uno u otro modo, en casi la mitad de la población y que llega a conocerse como “piernas de jinete”.

Recordemos siempre que la práctica de una actividad física y una nutrición adecuada son de gran ayuda para corregir o aliviar las anomalías y molestias producidas por las piernas arqueadas.



Muchas gracias por la atención en leerme.
Juan Fernández Pacheco – Enero 2.013







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