05 junio 2012

INMIGRACION......CHIVO EXPIATORIO

Esta mañana me encuentro, como otras muchas, en el Hospital Clínico de Málaga, digo como otras muchas porque de un tiempo a esta parte diversos problemas de salud me han convertido en un cliente habitual del hospital.
Esta situación me ha permitido observar quien compone la clientela habitual de muchos consultorios y servicios.
Esta mañana después de visitar la consulta de Hematología, tuve que bajar al Patio Naranja para que me realizaran una extracción de sangre para una analítica.
Mientras esperaba mi turno observé lo que me rodeaba.
En el Patio Naranja se asienta varios servicios; extracciones, control de Sintróm, cardiología, obstetricia, etc., cada uno de ellos acumula un gran número de pacientes, especialmente en extracciones y control de Sintróm, podría decir que más de cien personas nos encontrábamos en ese momento allí esperando turno.
Di unos paseos alrededor del patio para estirar las piernas y luego tomé asiento en uno que había quedado libre y me dispuse a esperar.
De pronto me llamó la atención aquella mujer, sobre los 40 años, delgada, alta, vestía pantalón y camisa que cubría su cabeza con un pañuelo atado a la manera en que lo llevan las marroquíes, inmediatamente pensé ─una inmigrante marroquí─ sin saberlo a ciencia cierta.
Como la espera se hacía larga me levanté para dar otro paseo por el patio y a la vuelta caí en que no había visto otro pañuelo en mi paseo, recordé la sala de espera de Hematología donde tampoco había visto un pañuelo y recordé otras visitas anteriores a otros servicios donde sólo en algunas ocasiones había visto a mujeres con el pañuelo puesto de esa peculiar manera que todos podemos identificar como perteneciente a una mujer que podríamos calificar como inmigrante casi con toda seguridad.
A mi lado, sobre el asiento libre junto al mío, un periódico abandonado mencionaba en la primera página algo sobre la próxima eliminación de la tarjeta sanitaria a los llamados inmigrantes ilegales, justificada en parte por el déficit que la atención a estas personas crea en nuestra Sanidad.
En aquel momento recapacité: ¿Es esta mujer y otras como ellas la causa del desastre económico y de gestión de nuestra Seguridad Social?.
Si estuviera aquí mi amigo “A” diría que es la prueba de la lenta invasión de Europa por lo árabes, en cambio mi otro amigo “B” diría que es la representante de la explosión de la inmigración ilegal que sufrimos, que colapsan los servicios de atención sanitaria en consultorios y hospitales.
Y me pregunto: ¿dónde están esos inmigrantes que colapsan nuestros servicios, si yo solamente veo caras de nacionales y algún que otro guiri?
Repaso mentalmente mis paseos por mi barrio y por el Centro, veo algunas familias marroquíes jóvenes, con niños tan sanos como el resto de los niños del barrio. Veo hombres de color, con el porte y la estatura de gladiadores romanos, hablando entre ellos, eso sí con voz estentórea, jóvenes que han venido para trabajar y ganarse el sustento, pero los veo sanos y fuertes y no se me hace la idea de que sean habituales de los consultorios de Sanidad, o por lo menos no al que yo voy con cierta frecuencia. Veo sudamericanas jóvenes acompañando a personas mayores al café o a la compra o al Ambulatorio. Veo a inmigrantes chinos, también jóvenes y con niños igual de sanos que otros, en sus comercios, y finalmente también veo a muchas personas mayores nacionales a las que se les notan los achaques y goteras que la edad proporciona, pero muy raramente veo un mayor marroquí o chino o sudamericano o senegalés.
Si la juventud es sinónimo de buena salud podemos inferir que esta gente hace poco uso del sistema sanitario español, o al menos no tanto como para que justifique medidas como las adoptadas y ni mucho menos para esas campañas orquestadas en radio, prensa y TV dirigidas a culpar a los inmigrantes de todos los males que la mala gestión y el mal hacer de nuestros gobernantes y nuestros administradores están causando.
Y sin embargo, estos inmigrantes cuando tienen trabajo (difícil en estos tiempos para ellos y para los nacionales) cotizan a la Seguridad Social como todos y estudios publicados en prensa demuestran que su aportación es beneficiosa para el sistema al aportar más de lo que consumen.
Es fácil buscar un chivo expiatorio y en este momento hemos encontrado uno perfecto el inmigrante.
En ese momento la mujer del pañuelo se levantó ágilmente y se dirigió a la sala de extracciones, pensé ─pobre chica, no sabe que es la culpable de casi todo lo que pasa en mi país─, y continué sentado esperando que llegara mi turno.

Andrés Tello “Perchelero”





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor: Se ruega no utilizar palabras soeces ni insultos ni blasfemias, así todo irá sobre ruedas.
Reservado el derecho de admisión para comentarios.

Buscar