07 abril 2025

ANTE LA LEY

 

Cuento de Franz Kafka

 

Ante la Ley hay un guardián. Hasta ese guardián llega un campesino y le ruega que le permita entrar a la Ley. Pero el guardián responde que en ese momento no le puede franquear el acceso. El hombre reflexiona y luego pregunta si es que podrá entrar más tarde.

—Es posible —dice el guardián—, pero ahora, no.

Las puertas de la Ley están abiertas, como siempre, y el guardián se ha hecho a un lado, de modo que el hombre se inclina para atisbar el interior. Cuando el guardián lo advierte, ríe y dice:

—Si tanto te atrae, intenta entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda esto: yo soy poderoso. Y yo soy sólo el último de los guardianes. De sala en sala irás encontrando guardianes cada vez más poderosos. Ni siquiera yo puedo soportar la sola vista del tercero.

El campesino no había previsto semejantes dificultades. Después de todo, la Ley debería ser accesible a todos y en todo momento, piensa. Pero cuando mira con más detenimiento al guardián, con su largo abrigo de pieles, su gran nariz puntiaguda, la larga y negra barba de tártaro, se decide a esperar hasta que él le conceda el permiso para entrar. El guardián le da un banquillo y le permite sentarse al lado de la puerta. Allí permanece el hombre días y años. Muchas veces intenta entrar e importuna al guardián con sus ruegos. El guardián le formula, con frecuencia, pequeños interrogatorios. Le pregunta acerca de su terruño y de muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y al final le repite siempre que aún no lo puede dejar entrar. El hombre, que estaba bien provisto para el viaje, invierte todo —hasta lo más valioso— en sobornar al guardián. Este acepta todo, pero siempre repite lo mismo:

—Lo acepto para que no creas que has omitido algún esfuerzo.

Durante todos esos años, el hombre observa ininterrumpidamente al guardián. Olvida a todos los demás guardianes y aquél le parece ser el único obstáculo que se opone a su acceso a la Ley. Durante los primeros años maldice su suerte en voz alta, sin reparar en nada; cuando envejece, ya sólo murmura como para sí. Se vuelve pueril, y como en esos años que ha consagrado al estudio del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de pieles, también suplica a las pulgas que lo ayuden a persuadir al guardián. Finalmente su vista se debilita y ya no sabe si en la realidad está oscureciendo a su alrededor o si lo engañan los ojos. Pero en aquellas penumbras descubre un resplandor inextinguible que emerge de las puertas de la Ley. Ya no le resta mucha vida. Antes de morir resume todas las experiencias de aquellos años en una pregunta, que nunca había formulado al guardián. Le hace una seña para que se aproxime, pues su cuerpo rígido ya no le permite incorporarse.

El guardián se ve obligado a inclinarse mucho, porque las diferencias de estatura se han acentuado señaladamente con el tiempo, en desmedro del campesino.

—¿Qué quieres saber ahora? –pregunta el guardián—. Eres insaciable.

—Todos buscan la Ley –dice el hombre—. ¿Y cómo es que en todos los años que llevo aquí, nadie más que yo ha solicitado permiso para llegar a ella?

El guardián comprende que el hombre está a punto de expirar y le grita, para que sus oídos debilitados perciban las palabras.

—Nadie más podía entrar por aquí, porque esta entrada estaba destinada a ti solamente. Ahora 

cerraré.

05 abril 2025

CITAS PARA REFLEXIONAR

 

”Los pueblos a quienes no se hace justicia se la toman por si mismo más pronto o más tarde”.

(François-Marie Arouet, más conocido como “Voltaire”; París 1694 – 1778; Escritor, historiador, filósofo, abogado y politólogo; miembro de la Academia Francesa, de la Royal Society y de la Academia de las Ciencias de Rusia; una de las figuras más importante de La Ilustración y de La Enciclopedia.)


UN POEMA PARA EL SÁBADO: DOLORES CASTRO VARELA

 

Algo le duele al aire

Algo le duele al aire,
del aroma al hedor.

 

Algo le duele
cuando arrastra, alborota
del herido la carne,
la sangre derramada,
el polvo vuelto al polvo
de los huesos.

 

Cómo sopla y aúlla,
como que canta
pero algo le duele.

 

Algo le duele al aire
entre las altas frondas
de los árboles altos.

 

Cuando doliente aún
entra por las rendijas
de mi ventana,
de cuanto él se duele
algo me duele a mí,
algo me duele.

 

Dolores Castro Varela (Aguascalientes,  México, 12 de abril de 1923 – Aguascalientes, México,  30 de marzo de 2022)

Poeta, narradora, ensayista y crítica literaria mexicana,  fue profesora de literatura en la Universidad Autónoma de México, la Universidad Iberoamericana, la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, la Escuela de Escritores de la SOGEM y en las escuelas de Bellas Artes de Veracruz, Cuernavaca y Estado de México, entre otras instituciones.

Fue fundadora de Radio UNAM y condujo el programa Poetas de México.

Durante décadas ha sido maestra de muchas generaciones de poetas.

Recibió  numerosos premios, entre ellos el Premio Nacional de Poesía en 1980 por su poemario ¿Qué es lo vivido?

Viuda y  con siete hijos a su cargo, esto no le impidió seguir con su trabajo académico y escribiendo poesía, labor que realizaba  desde 1947. A Dolores Castro le gustaba, desde sus inicios, escribir verso libre no rimado pero que tuviera musicalidad y armonía, componiendo sus poemas teniendo en cuenta el canto que encierra la poesía.

Para ella,  la poesía es una amante posesiva que requiere de una total entrega

Dolores Castro  es un ejemplo del dicho: “Mejor es ocuparse que preocuparse”. Y no es que sea una poeta insensible sino que tiene una gran habilidad para tomar la vida y sus circunstancias comprendiendo lo que sí se puede cambiar y lo que no se puede.

Jamás puso su fe en la muerte ni  en el pasado.  Siempre se situó en el momento presente, es decir, en el único lugar en el que se encuentra la vida, a la que hay que amar y disfrutar.

En reconocimiento a su trayectoria, dos galardones llevan su nombre: el Premio Estatal de Poesía Dolores Castro, otorgado por el Instituto Tlaxcalteca de la Cultura, y el Premio Dolores Castro de Poesía, Narrativa y Ensayo Escrita por Mujeres, que concede el H. Ayuntamiento de Aguascalientes, por medio del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura


04 abril 2025

CLIENTES INDECISOS

 

Aquellas personas que ejercen como vendedores o dependientes comerciales, en los miles de comercios que pueblan nuestras ciudades y regiones, podrían rellenar páginas y más páginas, catalogando los diversos tipos de compradores o clientes que acceden a las empresas en donde ellos trabajan. La diversidad de caracteres que vemos a diario en los seres humanos se refleja también, de manera inevitable, en las actitudes y comportamientos que adoptamos cuando entramos en un comercio y nos atiende el vendedor que nos ha caído en suerte.



Dicen los comerciales más veteranos en el oficio, que el tipo de cliente que más les hace “sufrir” no es el menos educado, el más desenvuelto y perspicaz o el más preguntón, sino que por el contrario es el más dubitativo. Este tipo de comprador hace su entrada en un comercio y ya en su rostro y forma de comportarse se le observa un tanto despistado o desorientado. Actúa de esa forma en su manera de moverse por los pasillos o entre los expositores, pues la duda la lleva impresa en su rostro. Cuando un vendedor se le acerca, ofreciéndole colaboración, es muy común que responda “Gracias, estoy mirando”.

Este cliente dubitativo no actúa igual según en qué sección del Gran Centro comercial se encuentre. En los hipermercados de la alimentación o la limpieza, su comportamiento es diferente, pues el visitante lo tiene todo a mano, debidamente etiquetado. Se aferra al gran carrito de la compra, en el que va echando aquello que necesita y otros artículos no urgentes en ese momento, motivándole el precio o la oportunidad de lo que observa. Pero en los grandes almacenes o tiendas específicas, la situación cambia de manera notable. No es lo mismo coger de la estantería un paquete de azúcar o harina, que elegir la compra de un televisor o un par de zapatos. En este segundo caso, necesita inexorablemente la ayuda del dependiente de turno, especializados en los artículos expuestos. Vamos a centrarnos en una escena comercial, protagonizada por una compradora en sumo indecisa.

Una señora (obviamente, puede ser también un caballero) se dirige a la sección de calzados, en un prestigioso gran almacén comercial. Necesita unos zapatos nuevos y elegantes, para asistir a una atrayente ceremonia social: la boda de la hija única de unos amigos. La clienta, tras repasar los expositores, se ha fijado en principio en dos modelos que no le desagradan. Uno de los vendedores se le acerca con suma cortesía, a fin de comenzar ese diálogo que por repetitivo se hace un tanto cansino. Hay un breve intercambio de palabras y de inmediato el dependiente realiza las preguntas de rigor. Piel o imitación plástica. Rígidos o flexibles. Tacón o plataforma alta o baja. Abierto o cerrado, según estación. Hebilla, cordón o velcro de auto cierre. Ancho o estrecho en su diseño. Suela de goma o material de piel. Talonado o destalonado. Forro interior o sin forro. El laborioso y experto vendedor le muestra unos catálogos especializados en bodas. La cliente repasa parsimoniosamente las hojas del bien editado “libreto”. Van tomando nota de aquellos modelos y fabricantes que, en principio, podrían interesar a la compradora. Y se llega, de inmediato a la cuestión de las tallas, comentando que no siempre las tallas coinciden según las distintas marcas. La señora suele usar un 38-39, pero a veces ha tenido que comprarse un 40, pues sufre, en ambos pies, esa desviación ósea conocida popularmente como “juanetes”.


Los minutos van pasando entre comentarios y dudas. Entonces el solícito vendedor comienza a realizar “viajes” al almacén de la trastienda, trayendo desde allí cajas de modelos pertenecientes a diversos fabricantes y tallas. “Éste me está demasiado pequeño. Ese otro me queda demasiado grande, pues me baila el pie. Aquél es algo estrecho y me hace algo de daño por mi “juanete”. El ya sudoroso dependiente iba acumulando un batiburrillo de cajas, a modo de torres acartonadas, con el proceso escénico por el que la señora se probaba uno y otros zapatos, encontrando o aduciendo distintas razones para descartar el variado muestrario de calzados para la boda. HILARIO Hinestrosa, el incansable dependiente, continuaba realizando paseos al almacén o cuartillo trastero, buscando tallas, colores, calidades, anchuras, flexibilidades, cierres y “el cómo quedarían con el traje que pienso llevar”.  Lo más emocionante y cómico de la situación era la sonrisa permanente de Hinestrosa, que nunca desfallecía en el intento. ¿Y no tendría un modelo parecido a éste, con una florecita violeta en el empeine?

El sainete se complicaba, pues la señora CLOTILDE no se había presentado en la sección de zapatería sola, sino que iba acompañada de una amiga íntima, LINA, que intermitentemente iba metiendo baza en la decisión de la compra. En ocasiones, esta compañera de estudios de la infancia, opinaba en favor del “sufrido” vendedor, mientras que en otras apoyaba fraternalmente a su amiga. Con lo cual, el ambiente se iba densificando de causas, razones y comentarios más o menos jocosos.


Habían transcurrido más de 45 minutos de dudas, consideraciones, idas y venidas a la trastienda del departamento o sección, con un “batiburrillo” de pares y cajas mezcladas, en una imagen nítida de una voluntad harto confusa por parte de la compradora. Doña Cloti, entre suspiros, aturdimiento e intensa indecisión,  al fin dicta sentencia: “No tengo una idea clara de lo que más me conviene y deseo, así QUE ME LO VOY A PENSARrespuesta a la que el vendedor Hinestrosa, con el nudo de la corbata desabrochado y epidermis sudorosa (aquella tarde soportaba un molesto constipado), sacando fuerzas de flaqueza y generando la mejor sonrisa, desde la sima de la desesperación que le embargaba, bien disimulada por cierto, pronunció esa larga frase, insincera pero mecánicamente adecuada, de ¡Por supuesto, doña. Clotilde. Tómese todo el tiempo que necesite. Evite precipitarse en la elección. Y si después de la compra le molestaran o cambiase de opinión, venga con los zapatos en buen estado y con la factura correspondiente, que ya encontraremos una mejor solución. Esperamos que nos gratifique con su amable presencia lo más pronto que sea posible. Será una muy grata oportunidad volver a saludarla”.

Estos veteranos y bien adiestrados dependientes, sagazmente entrenados para reprimir sus comprensibles “instintos asesinos”, después de ordenar los numerosos pares de zapatos sueltos en sus cajas respectivas, por los sillones de pruebas, han de realizar unos tres o más viajes al trastero almacén, para recolocar cada caja en su lugar correspondiente. Mientras “toman algo de aliento” en el interior del habitáculo, piensan, con santa paciencia. que afuera de la cortina ya hay otras señoras que aguardan su educado turno, esperando en ser atendidas. Aclaremos que había otro curioso episodio, preparado para ser narrado. Pero, dada la extensión del que ha sido expuesto, ocupará otra oportunidad para ser ofrecido al interesado lector.

Esta muy frecuente “historia” pone de manifiesto la paciente y difícil labor que han de realizar muchos vendedores, ante esos clientes “pesados” indecisos, reiterativos y agotadores para la paciencia. Estos clientes difíciles abundan en el discurrir de los días. Cierto es que todas las profesiones conllevan dificultades e incentivos para su ejercicio, pero la de vendedor o dependiente comercial tiene su verdadero mérito. De manera especial, cuando estos profesionales han de negociar con este tipo de caracteres complicados, en la psicología clientelar. –

 

José L. Casado Toro

Marzo 2025


 


02 abril 2025

LA CARA DEL PRIMER EUROPEO ENCONTRADO EN ATAPUERCA OBLIGA A REESCRIBIR LA HISTORIA

Artículo publicado en la revista digital Nova Ciencia.

Un hallazgo de 2022 en la Sima del Elefante, en la Sierra de Atapuerca (Burgos), rompe con buena parte de lo que se sabía de los primeros poblamientos humanos en el continente europeo. El equipo de investigación que trabaja en el yacimiento ha publicado el estudio de un fragmento facial humano datado entre 1,1 y 1,4 millones de años, que constituye la cara más antigua conocida de Europa occidental.

Este resto, catalogado como ATE7-1, ha sido atribuido a Homo affinis erectus y representa una pieza clave para comprender las primeras migraciones y la evolución de los homininos en el continente europeo durante el Pleistoceno inferior.

El estudio de este hallazgo ha sido publicado en la revista Nature y ha sido liderado por Rosa Huguet, investigadora del IPHES-CERCA, profesora asociada de la Universidad Rovira i Virgili (URV) y coordinadora, junto con Xosé Pedro Rodríguez-Álvarez, investigador de la URV, de los trabajos de excavación e investigación en el yacimiento de Sima del Elefante.

El estudio es fruto de la colaboración entre una amplia representación de personal investigador y técnico del IPHES-CERCA y la URV, así como de otras instituciones nacionales e internacionales, entre las que destaca el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH). Entre los institutos que participan en el estudio se encuentran el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM, CSIC- Junta de Extremadura).

Por qué la cara del primer europeo obliga a reescribir la historia

Este restos facial obliga a revisar la historia de los primeros poblamientos, porque pertenecen a una especie más primitiva de lo que era de esperar. Durante la campaña de excavación de 2022, el Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) recuperó varios fragmentos de la parte izquierda de la cara de un individuo adulto en el nivel TE7 del Sima del Elefante. Estos fragmentos han requerido un laborioso trabajo de reconstrucción mediante técnicas tradicionales de conservación y restauración, así como con herramientas avanzadas de imagen y análisis 3D.

Tras dos años de investigación, el análisis detallado de ATE7-1 (bautizado por los investigadores como ‘Pink’) ha permitido concluir que esta cara no corresponde a la especie Homo antecessor, identificada en el yacimiento de la Gran Dolina, sino a una especie más primitiva. Sin embargo, las evidencias no son suficientes para una clasificación taxonómica definitiva, por lo que, de forma provisional, se ha asignado a Homo affinis erectus (H. aff. erectus).

Como explica María Martinón-Torres, directora del CENIEH y una de las investigadoras principales del proyecto de Investigación de Atapuerca, “Homo antecessor comparte con Homo sapiens una cara de aspecto más moderno y la proyección de los huesos de la nariz, mientras que la configuración del rostro de Pink es más primitiva, con rasgos que recuerdan a Homo erectus, especialmente en su estructura nasal, plana y poco desarrollada”.

No obstante, la investigadora subraya que “la evidencia aún no es suficiente para una clasificación definitiva y por eso se asigna a H. aff. erectus. Con este término se reconocen las afinidades de Pink con Homo erectus, pero se deja abierta la posibilidad de que pertenezca a otra especie”.

El fósil ATE7-1, datado entre 1,1 y 1,4 millones de años, es significativamente más antiguo que los restos de Homo antecessor, cuya antigüedad se estima en aproximadamente 860.000 años. Esta cronología sugiere que Pink pertenece a una población que llegó a Europa en una oleada migratoria anterior a la de Homo antecessor.

Entorno y forma de vida

El nivel TE7 de la Sima del Elefante, donde se halló el fósil ATE7-1, contiene numerosas evidencias de la presencia y actividades de los homininos durante el Pleistoceno Inferior. Entre ellas, se han recuperado herramientas de piedra y restos faunísticos con marcas de corte, lo que indica el uso de tecnología lítica para el procesamiento de animales.

Según Xosé Pedro Rodríguez-Álvarez, especialista en industria lítica, “las herramientas de cuarzo y sílex halladas, aunque sencillas, indican una estrategia de subsistencia efectiva y demuestran la capacidad de estos homininos para explotar los recursos de su entorno”. Las marcas de corte identificadas en los restos de animales muestran claras evidencias del uso de estas herramientas para descarnar las carcasas de animales. “Estas prácticas indican que los primeros europeos conocían bien los recursos animales disponibles y sabían aprovecharlos de forma sistemática”, añade Rosa Huguet, investigadora del IPHES y asociada al MNCN-CSIC, especializada en tafonomía.

El conjunto de datos paleoecológicos obtenidos del nivel TE7 muestran que el paisaje del Pleistoceno inferior en la Sierra de Atapuerca combinaba zonas boscosas, praderas húmedas y fuentes de agua estacionales, proporcionando un entorno rico en recursos para estos primeros pobladores humanos.

Un hito clave para el proyecto Atapuerca

El descubrimiento de ATE7-1 supone un nuevo paso adelante para el Proyecto Atapuerca y para el estudio del poblamiento humano en Europa. Según Marina Mosquera, directora del IPHES-CERCA y una de las investigadoras principales del Proyecto Atapuerca, “este yacimiento es clave para entender nuestros orígenes, y el nuevo hallazgo refuerza el papel de Atapuerca como un referente mundial en el estudio de la evolución humana”. Mosquera también destaca que «dirigir y coordinar los trabajos de excavación en estos yacimientos no solo nos permite profundizar en nuestros orígenes, sino también proyectar el nombre del IPHES-CERCA y de la investigación que se realiza en Tarragona en el panorama internacional, reafirmando nuestra posición como centro de referencia en evolución humana».

En la misma línea, Martinón-Torres destaca el papel de vanguardia del CENIEH como ICTS (Infraestructura Científica y Técnica Singular), “donde hemos aplicado técnicas y métodos del futuro para el estudio del pasado”, haciendo referencia a las sofisticadas tareas de reconstrucción y análisis virtual que han concluido con la asignación de ATE7-1 a una población hasta ahora no documentada en Europa.

El fósil no sólo amplía el conocimiento sobre los primeros pobladores de Europa, sino que también plantea nuevas preguntas sobre el origen y la diversidad de los homininos que habitaron el continente. Según Eudald Carbonell, codirector del Proyecto Atapuerca, “el hecho de que encontremos evidencias de diferentes poblaciones de homininos en Europa occidental durante el Pleistoceno inferior sugiere que este territorio fue un punto clave en la historia evolutiva del género Homo”.

José María Bermúdez de Castro, codirector del Proyecto Atapuerca y coautor del estudio concluye que “este descubrimiento augura otra época prodigiosa para el proyecto Atapuerca”.

El equipo investigador prevé que futuros descubrimientos y análisis ayudarán a precisar mejor el origen y dinámica del poblamiento humano inicial en Europa. Las excavaciones en los yacimientos de Atapuerca subvencionadas por la Consejería de Cultura y Turismo de Castilla y León, y con el apoyo de la Fundación Atapuerca y sus patronos, y la investigación de los hallazgos, con el apoyo fundamental del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades podrían aportar más datos sobre las oleadas migratorias que moldearon la historia de la humanidad.

31 marzo 2025

EL TILO

 

Un cuento de Luis Mateo Díez

 

Un hombre llamado Mortal vino a la aldea de Cimares y le dijo al primer niño que encontró: avisa al viejo más viejo de la aldea, dile que hay un forastero que necesita hablar urgentemente con él.

Corrió el niño a casa del Viejo Arcino que, como bien sabía todo el mundo en Cimares, tenía más edad que nadie.

Hay un forastero que le quiere hablar con mucha urgencia, dijo el niño al Viejo.

Las prisas del que las tiene suyas son, la edad que yo tengo me la gané viviendo con calma, si quiere esperar que espere.

El hombre daba vueltas alrededor de un tilo muy grande que había en la entrada del pueblo. Cuando volvió el niño y le dijo lo que le había comentado el Viejo Arcino, estaba muy nervioso.

Es poco el tiempo que queda, musitó contrariado, una docena más de vueltas al árbol y termina el plazo.

El niño le miraba aturdido, el hombre le acarició la cabeza: lo que menos vale de la edad de un hombre es la infancia, dijo, porque es lo que primero acaba. Luego viene la juventud, siguió diciendo mientras volvía a dar vueltas, y nada hay más vano que las ilusiones que en ella se fraguan. El hombre maduro empieza a sospechar que al hacerse más sabio, más se acerca a la muerte, entendiendo que la muerte sabe más que nadie y siempre sale ganando. De la vejez nada puedo decir que no se sepa.

El Viejo Arcino llegó cuando el hombre estaba a punto de dar la docena de vueltas.

¿Se puede saber lo que usted desea, y cuál es la razón de tanta prisa?…, le requirió.

Soy Mortal, dijo el hombre, apoyándose exhausto en el tronco del tilo.

Todos los somos, dijo el Viejo Arcino. Mortal no es un nombre, Mortal es una condición.

¿Y aun así, aunque de una condición se trate, sería usted capaz de abrazarme?…, inquirió el hombre.

Prefiero besar a ese niño que darle un abrazo a un forastero, pero si de esa manera queda tranquilo, no me negaré. No es raro que llamándose de ese modo ande por el mundo como alma en pena.

Se abrazaron bajo el tilo.

Mortal de muerte y mortandad, musitó el hombre al oído del Viejo Arcino. El que no lo entiende de esta manera lleva las de perder. La encomienda que traigo no es otra que la que mi nombre indica. No hay más plazo, la edad está reñida con la eternidad.

¿Tanta prisa tenías…? inquirió el Viejo, sintiendo que la vida se le iba por los brazos y las manos, de modo que el hombre apenas podía sujetarlo.

No te quejes que son pocos los que viven tanto.

No me quejo de que hayas venido a por mí, me conduelo del engaño con que lo hiciste, y de ver asustado a ese pobre niño…


29 marzo 2025

CITAS PARA REFLEXIONAR

 

”La guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz.”

(Thomas Mann; Alemania, 1875 – 1955; en la época del auge del nazismo se exilió a Francia y luego a Suiza sin embargo no escribió contra la Alemania nazi por no perjudicar a su familia y a sus amigos; en sus obras “Muerte en Venecia” y “La montaña mágica” describió la forma de ser de la sociedad de su tiempo así como sus convicciones políticas; en 1929 se le concedió el Premio Nobel de Literatura.)


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