En la próxima revista del mes de abril
—que ya está en imprenta— aparecen varios artículos que tienen relación con la
literatura.
Nunca mejor que en estas fechas en las
que se celebra el Día del Libro para reflexionar sobre lo que éstos significan
y la trascendencia que su lectura tuvo, en su momento, el título que resultó
crucial para cada uno de nosotros. Descubrimos el mundo, no solo el que
habitamos, sino otros muchos imaginarios o etéreos, a través de esas páginas
que nos atraparon, ilustraron y provocaron emociones desconocidas hasta
entonces.
El roce del papel, el perfume que
desprende un libro nuevo, no tiene parangón con el tacto del electrónico,
aunque reconozco su utilidad y la capacidad que dispone para almacenar
innumerables historias.
Recluirse en el lugar adecuado y
enfrentarse al enigma que encierra ese tomo que sostenemos entre las manos, es
el acto de soledad más acompañada que puede tener un ser humano. Y aquel en el
que la mente funciona a plenitud, crea y recrea los personajes, les dota de
apariencia física y se sumerge en sus avatares. Les acompaña, sufre y disfruta
con sus circunstancias y al final los hace suyos. Y de ese modo los incorpora
al bagaje de experiencias que quedan grabadas en la mente del lector. Yo amo la
poesía porque a los catorce años me regalaron las obras completas de Antonio
Machado.
Todo esto, claro está, si de lo que estamos
hablando es de literatura. Hay publicaciones que tienen su apariencia pero que
no responden a ese nombre.
Disfrutemos, por tanto, de esa magia
que encierra el talento de autores que si no cambiaron el mundo, sí ayudaron a
transformar el nuestro.
Mayte Tudea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor: Se ruega no utilizar palabras soeces ni insultos ni blasfemias, así todo irá sobre ruedas.
Reservado el derecho de admisión para comentarios.