Adán y Eva.
Artículo
de Inma Mengual Pérez, Dra. en Bellas Artes. Investigadora del C.í.A. – Centro
de Investigación en Arte – y del Grupo MATERIA. Profesora de la Facultad de
Bellas Artes (Universidad Miguel Hernández). Publicado en la revista digital
The Conversation.
Hace
unos meses se viralizó una publicación en
X (antes Twitter) en la que se intentaban localizar cuadros desaparecidos de
una pintora española.
¡AYUDA! Hola; mi tía abuela ROSARIO DE VELASCO
(1904-1991) fue una de las grandes artistas de los 30 pero hoy está olvidada.
Una exposición en el @MuseoThyssen en la que ya trabajamos recuperará su figura
pero necesitamos ayuda.
Se trata de la artista figurativa de origen
vasco Rosario de Velasco Belausteguigoitia, nacida
en 1904 y fallecida en 1991. Pese a haberse expuesto mucho y bien, tanto
individualmente como en muestras colectivas dentro y fuera de España, durante
toda su larga vida, tras su muerte su trabajo fue invisibilizado.
En junio de 2024, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
de Madrid inaugura una exposición comisariada por
Miguel Lusarreta y la sobrina nieta de la artista, la periodista Toya Viudes de
Velasco, con obras de su primera época (1920-1940) y una sección dedicada a su
trabajo como ilustradora gráfica. Aunque es su etapa de mayor reconocimiento
nacional e internacional, se ignoraba el paradero de muchas de estas pinturas.
El llamamiento en Twitter ha hecho posible esta exposición.
Las mujeres suponen la mitad de los visitantes a museos españoles.
En cambio, la ausencia de obras de artistas femeninas que exponen en ellos es
abrumadora. Ante este panorama, es justo, históricamente, exponer a Rosario de
Velasco y visibilizar a una gran artista de potente lenguaje plástico.
¿Quién fue Rosario de Velasco?
Nacida en 1904, precoz hija de oficial de caballería y
de familia vasca tradicional, descendiente de carlistas y con fuertes
convicciones religiosas, Rosario pinta desde los 7 años. En 1922 comienza a
estudiar con Fernando Álvarez de Sotomayor, quien le
muestra a Tiziano, Velázquez y los volúmenes escultóricos en la obra plástica
de Andrea Mantegna.
Sus primeros trabajos le permitieron concurrir en 1924 a la
Exposición Nacional de Bellas Artes, el Salón de Otoño de 1931 y la muestra de
1932 que organizó la Sociedad de Artistas Ibéricos. A resultas de esta
actividad artística, fue creándose un nombre como pintora gracias a la
producción de cuadros como El baño o el famoso Adán y
Eva.
En su juventud, pertenece a un destacado grupo de artistas
plásticos de vanguardia y se mueve en los mismos círculos de la Generación del
27. Junto a un extenso listado de intelectuales, como Eugeni d’Ors, José
Bergamín, Ortega y Gasset y Ramón Gómez de la Serna, forma parte de la Sociedad de artistas
ibéricos, creada con el objetivo de incorporar el arte español a las
vanguardias. Para ello, sus miembros organizan sonadas exposiciones dentro y
fuera de España (Copenhague, Berlín o París).
Durante la Guerra Civil española contrae
matrimonio con el médico catalán Xavier Farrerons, trasladándose a vivir a
Barcelona, hasta que acaba en la cárcel y está cerca de ser fusilada. Son
momentos complicados, pero el matrimonio consigue poner tierra de por medio y
pasar unos años entre Burgos, San Sebastián (donde nace su única hija) y
Francia. Tras la contienda, vuelven a Cataluña. Allí, De Velasco compagina sus
labores de madre y esposa con las de artista privilegiada.
Del
academicismo a la libertad
Como influencias inmediatas de la artista
podemos nombrar a la española Maruja Mallo o Salvador Dalí.
Sus obras tempranas también guardan un fuerte parecido con las de la pintora Tamara de Lempicka.
Desde una primera etapa de academicismo
puro en grandes formatos, figuras humanas estáticas, escenas costumbristas y
maternidades, su pintura evoluciona hasta un estilo más libre, de contornos
menos definidos. En este caso, el color, las composiciones, las formas y la
riqueza en las texturas predominan sobre las figuras y los objetos.
Además de una intensa y contrastada paleta
de colores, con los años, De Velasco irá incorporando al óleo más carga
matérica, rugosidad, volumen y gradaciones. Entre sus temas preferidos se
encuentran el carnaval, lo femenino y el mundo de los niños.
En 1942 pinta los murales ya desaparecidos de la Capilla de la Residencia de Señoritas de Madrid,
que fue el primer centro oficial destinado a fomentar la enseñanza
universitaria para mujeres en España.
Además de pintora, Rosario de Velasco
ejerció de ilustradora de cuentos, como los Cuentos para soñar (1928)
y La bella del mal amor (1930), de María Teresa León, La
bien plantada de Eugenio d’Ors y Princesas del Martirio de
Concha Espina. Colaboró con La Esfera, revista gráfica de información general,
y Vértice, revista de ideología falangista.
Para finalizar
La deuda contraída con Rosario de Velasco en España es
inmensa, a pesar del cierto reconocimiento en vida. Como ha ocurrido con otras
artistas, la brecha de género la minusvaloró con respecto a sus compañeros de
profesión, quienes se vieron, antes y ahora, mejor expuestos, citados y
estudiados.
Pese a la gran cantidad de obra de calidad
que produjo, existen sólo cuatro cuadros en museos españoles y son de la
primera época. Adán y Eva y Sin título (el cuarto de los niños) se
encuentran en el Centro Reina Sofía, la pintura Maragatos en el Museo del Traje de
Madrid y La matanza de los inocentes en el
Museo de Bellas Artes de Valencia (aunque durante años fue atribuida a Ricardo
Verde por la coincidencia formal de iniciales en sus firmas). Además, el Centre
Pompidou de París tiene Carnaval y Esquisse d’une vierge à l’enfant en
su colección.
La mayor parte de sus obras están hoy en
manos de particulares, muchos de los cuales desconocen su verdadero valor.
Algunas de ellas han aparecido en almacenes olvidados y, por fortuna, el
llamamiento de su sobrina nieta está facilitando la labor de localización y
catalogación de su obra.
Cuando
tengamos la suerte de poder disfrutar de la exposición retrospectiva que el
Museo Thyssen está preparando, es muy probable que podamos ser conscientes del
peso y la importancia de la obra de esta artista en el arte contemporáneo
español.
La
historia del arte es un relato de hombres, de exclusiones y privilegios, en el
que se ha hecho desaparecer a la mitad de la población con una violencia
soterrada y a la vista. Ojalá que la exposición muestre la innegable calidad de
su obra y sirva para estudiar en profundidad el gran trabajo de Rosario de
Velasco, una de las grandes artistas del siglo XX.
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