Lo que un escritor dice qué es una
“Putada”, yo si me lo permiten lo transmito, a ver qué les parece: “Putada es
comparar la jubilación de un diputado, o diputada (no importa el género) con la
de una viuda, por ejemplo con la de un antiguo Policía Armada, (actual Policía
Nacional), con varias décadas de servicio a sus espaldas. Putada es lo que un
ciudadano tenga que cotizar 35 años (¿?) para percibir una jubilación, y a los
diputados les baste sólo con tres o con seis, según el caso, y que los miembros del Gobierno, para cobrar la pensión máxima
sólo necesiten jurar el cargo ante el Rey.
Putada es que nos oculten sus privilegios, mientras vuelven a la
sociedad contra quienes de verdad les sirven, hablando de política social y
derechos sociales. Putada es que se
utilice a los medios de comunicación, sibilinamente, para transmitir a la
sociedad que los funcionarios son los únicos que representan un costo para el
bolsillo de los ciudadanos. Putada es
que los diputados sean los únicos trabajadores de este país que están exentos
de tributar un tercio de su sueldo del ISR. Putada es colocar en la
Administración a miles de asesores (léase amigotes con sueldo) que ya desearían
para sí los técnicos mejor cualificados. Putada es el ingente dinero destinado
a sostener a los partidos, aprobados por los mismos políticos que viven de
ellos. Putada es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de
capacidad, para ejercer su cargo, (y no digamos intelectual o cultural). Putada
es el costo que representan para los ciudadanos sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes, (casi siempre en
1ª clase), y muchos etc más. Putada es que sus señorías tengan varios meses de
vacaciones al año, (48 días en Navidad, más 17 en Semana Santa, a pesar de que
muchos de ellos se declaran laicos, más 82 días en verano). Putada es que estas
señorías, cuando cesan en el cargo, tengan un colchón del 80% del sueldo
durante 18 meses. Putada es que ex-ministros, ex-secretarios de Estado y altos
cargos de la política, cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que
pueden legalmente percibir dos salarios del erario público.
Hablar de este tema me recuerda al
inolvidable periodista Luis Carandell que en uno de sus libros decía que a
Francisco Silvela le llamaban la `Daga Florentina´, porque, “...no hay discurso
de Silvela que no produzca desgracias personales”. Silvela era fino, educado,
frío, elegante y muy culto, llegando incluso a ser académico de la lengua, por
lo que se preocupaba mucho por el idioma español. Un día, después de una
agotadora y aburrida sesión parlamentaria se quedó dormido en su escaño. Los
demás políticos fueron saliendo y él se fue quedando solo, hasta que un ujier dándose
cuenta de ello le tocó suavemente el hombro y le llamó la atención: “Su Señoría
está dormido”. Silvela se despertó poquito a poquito y, con gran frialdad, no
se avergonzó sino que mirando fijamente al susodicho ujier le dijo de una
manera elegante: “No estoy dormido, estoy durmiendo, ya que no es lo mismo
estar bebido que estar bebiendo”. Menudo agudo sentido de la corrección
lingüística tenía D. Francisco Silvela. Años después, Camilo José Cela, retomó
las mismas palabras parafraseándolas, dijo aquella famosa frase: “Que no es lo
mismo estar jodido, que estar jodiendo”. Algunos historiadores cuentan que éste
político solía pagarse de su bolsillo el billete de tren, y las comidas,
mientras estaba de viaje oficial. También tuvo sus más y sus menos, con su
compañero de partido, Romero Robledo, por no acceder al caciquismo que éste
quería practicar, porque era su costumbre, cuando mandaban. En la actualidad
habría que averiguar si los españolitos de pinrel, estamos dormidos, durmiendo,
jodidos o jodiendo. Yo más bien creo que
lo que verdaderamente ocurre es que ni estamos dormidos ni durmiendo, pero sí
jodidos, y por eso esta gente nos llevan jodiendo desde hace varias décadas.
Les recuerdo que una “Putada”, según
nuestro RAE, es: una “acción injusta y dañina”.
Juan J. Aranda
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