Artículo de Francisco
José Esteban Ruiz, profesor titular de Biología Celular en la Universidad de
Jaén y publicado en la revista digital “The Conversation”
Que
hay una relación entre el chocolate y el sexo es algo que más de una vez hemos
escuchado o leído en algún medio, incluso de carácter científico.
Y
así parece ser: la frecuencia en el consumo de ese alimento es un buen predictor del interés por el sexo,
principalmente en mujeres. Pero, atención, en sentido negativo: a las mujeres
que comen más lo primero les interesa menos lo segundo.
La
explicación puede estar en que el chocolate contiene feniletilamina, una
molécula que estimula la producción de serotonina y dopamina y, así, genera en nuestro cerebro una sensación
de placer.
Pero
esta no es la única relación entre actividades a priori tan distintas. También
tienen en común los estornudos, pues hay personas que estornudan cuando piensan
en sexo o al comer chocolate.
Por qué estornudamos
El
estornudo es una reacción fisiológica que actúa como mecanismo de
defensa. Se debe a una irritación de las mucosas
de la nariz o de la garganta y se produce por muy diversas causas. Los motivos más frecuentes son los
virus del resfriado o de la gripe, el polen, el polvo y la contaminación.
Pero
también podemos estornudar por otros motivos que, aunque parezcan más raros, no
lo son tanto. Así, la luz del sol, algunos alimentos (como el chocolate),
ciertos medicamentos, las emociones fuertes y el sexo también son motivo de
estornudo.
Por
cierto: a aproximadamente el 20 % de la población se le escapa uno cuando se le hurga la nariz para hacer la
prueba de la covid. Y es importante tener esto en cuenta para que el personal
sanitario y los familiares estemos preparados ante un buen espurreo que podría
contener virus.
El estornudo fótico
El
síndrome del estornudo fótico es una condición con base genética (autosómica
dominante) estudiada desde hace décadas. También ocurre
en una quinta parte de la población, que estornuda cuando el ojo se expone a
una luz repentina y brillante, como la del sol al salir de un espacio con poca
iluminación.
Aunque
aún no se conoce con detalle el mecanismo por el cual se desencadena esta
reacción, las principales hipótesis apuntan a que se produce una activación
cruzada de vías nerviosas. Dicho de otro modo: que se cruzan los cables.
Por
ejemplo, y sin entrar en detalle, una de las hipótesis indica que la luz
brillante y repentina activa de un modo excesivo, a través de la retina, las
vías nerviosas ópticas, exceso de información que se cruza a las vías
trigéminas y genera las sensaciones que hacen estornudar.
Esos caminos cruzados también están implicados en otros
trastornos como la migraña y los derivados del estrés psicológico. Por eso no
ha sido una sorpresa detectar que las personas con el síndrome
del estornudo fótico sufren más dichos trastornos.
Sexo y… ¡achís!
En
un trabajo de revisión científica, llevado a cabo
en 2008, se describió lo que los autores indicaron como “una respuesta curiosa
en algunos individuos: estornudar cuando piensan en el sexo o en respuesta a un
orgasmo”. En él comentan casos, ya estudiados desde finales del siglo XIX, como
los de Wilhelm Fliess, un joven otorrinolaringólogo amigo de Freud que denominó
a este fenómeno “neurosis refleja nasal”.
Aquí,
el mecanismo causante parece ser un efecto sumatorio en el sistema nervioso
parasimpático, hipótesis también tenida en cuenta para explicar el efecto
fótico. Tal y como una estimulación parasimpática da lugar a una dilatación
venosa y, por lo tanto, a la tumescencia del pene y del clítoris, el efecto
sumatorio de activación nerviosa en estas personas puede provocar secreciones e
irritación en la nariz que producen el estornudo.
Chocolate y estornudo neandertal
La
relación entre el chocolate, el estornudo y los neandertales sólo la hemos encontrado publicada en un blog
sobre genética. Así que, por nuestra parte, queremos señalar que no está
contrastada y no se ha sometido a revisión externa como procedimiento
científico habitual, pero nos parece interesante incluirla.
En
dicha publicación se indica que entre el 20-30 % de la población estornuda
cuando come chocolate negro con un porcentaje de cacao superior al 70 %. A
estas personas se les asocia una variación genética que procede de los
neandertales. También hay quien ha heredado de esta especie caracteres como
el pelo rojo o una mayor capacidad de fecundación.
El
autor del artículo en el blog apunta a que el mecanismo responsable es la
estimulación del nervio trigémino. En este caso se supone que por algún
componente del cacao puro que irrita la mucosa nasal.
En
una de sus greguerías, Ramón Gómez de la Serna dice que “las chispas son
estornudos de Satanás”. Quién sabe si ya relacionaba el estornudo con el sexo y
la gula.
Y
ojo al estornudar, que le pueden preguntar en qué está pensando. ¡Salud!
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