16 abril 2020

IN MEMORIAM de José Luis Rodríguez Berbel

                                                                                                                                    


    Cuando uno conoce a otra persona y descubre que hay algo  común en el pasado de ambos, el interés por comunicarse con ella fluye de inmediato.
    Yo conocí a José Luis en una comida de Amaduma, y mis sucesivos encuentros con él fueron precisamente en otras comidas.
     Creo que a los dos nos agradó en todas las ocasiones sentarnos juntos y compartir un poco de charla intrascendente. La primera vez supe que era Teniente Coronel de Estado Mayor en la reserva, y abogado en ejercicio; y en los sucesivos encuentros fui completando un retrato aproximado de su vida.
     El hecho en común al que me referí al principio fue su presencia en Ceuta como Teniente (hablo, claro es, de muchos años atrás) en el Regimiento de Infantería 54 que se alojaba en el vetusto caserón llamado Cuartel de la Reina;  ahora, convenientemente remozado, sede del Campus Universitario de la Ciudad Autónoma. Supe, además, que en Ceuta conoció a la mujer, hija de militar, con la que se casó, quiero recordar que en la Iglesia Parroquial de Los Remedios, la misma que acogió mi boda años después.
      Todo lo que cuento lo hago fiado a la memoria, de modo que pido perdón por los errores y no trato de profundizar en su vida después de Ceuta que fue variada como suele ser normal en los militares, y de la que algunas cosas me contó. El hecho es que, una vez retirado de las Armas, se acogió a su título de abogado para abrir bufete en Málaga, donde Amaduma le brindó compañeros y ocasión de colaborar en la revista y en este blog. Lo que sí añado es que cuando le pregunté si había vuelto a Ceuta alguna vez, me contó (para mi sorpresa porque a Ceuta se la añora siempre, pero rara vez se vuelve a ella) que en los últimos tiempos lo hacía con frecuencia porque una de sus hijas había ganado plaza de Magistrado allí.
       Hace bien poco que compartimos mesa, pan y vino. Y nos despedimos con ese optimista “hasta la próxima” que ya no será nunca porque su corazón lo ha impedido.
       Aunque no conozco a su familia, vaya para ella mi recuerdo y la sincera tristeza de quien hubiera querido ser más amigo de José Luis de lo que pude ser.

En Málaga, a 16 de abril en cuarentena.
José Ramón Torres Gil

3 comentarios:

  1. Descanse en Paz. Gracias por su recuerdo.

    ResponderEliminar
  2. José Ramón, gracias por acercarnos un poco más a la persona de José Luis, de quien tod@s tenemos buenos recuerdos. Descanse en Paz.
    Esperanza Liñán

    ResponderEliminar

Por favor: Se ruega no utilizar palabras soeces ni insultos ni blasfemias, así todo irá sobre ruedas.
Reservado el derecho de admisión para comentarios.

Buscar