Ella tenía 98 años y
tres meses.
Ella era ni alta ni
baja, ni gorda ni flaca, con una vitalidad sin límites y con un pelo tan blanco
como la nieve.
Hasta sus 87 años vivió
sola, autónoma, autárquica y autosuficiente, en su casa grande del pueblo.
Pero ese mismo día nos
comunicó que deseaba ingresar en una Residencia de Mayores.
Buscamos por toda
Salamanca y optamos por la que nos pareció la mejor.
El mismo día en que
cumplía los 88 años, en un mal movimiento, se rompió la segunda cadera, por lo
que se le implantó una nueva prótesis.
Tres días con el
andador, tres días con una muleta y, a la semana andaba sola, sin ayuda, por la
residencia, ante el estupor del médico y de las enfermeras.
Nos dijo muchas veces
que por qué no se habría decidido unos cuantos años antes.
La víspera de los Reyes
le escribí una carta a Sus Majestades pidiéndole sólo DOS cosas: 1.- Que no me
trajeran nada, que un jubilado necesita, ya, pocas cosas; y 2.- Que no me
quitaran nada de lo que tenía.
El mismo día de Reyes
la tuvimos que ingresar por una infección y una insuficiencia respiratoria.
Se recuperó y volvió a
su Residencia.
Pero fue el comienzo
del fin.
La muerte fue
agrandando el agujero por el que la vida se le salía a chorros.
Y sufría.
Ella pidiéndole a Dios
que se la llevara ya, al “valle de Josafat” para reunirse con su madre (mi
abuela), con su esposo (mi padre) y con sus dos hijos: la mayor, Mari (mi
hermana) y el pequeño, José Luis (mi hermano).
También nosotros
pedíamos que acabara ya ese martirio inútil y que iba prolongándose sin
sentido.
Pero nuestras súplicas
no fueron atendidas.
Ella ya tenía el cupo
lleno.
Los 20 días de propina
estuvieron de más.
El día 25 de este mes
de Enero la enterramos en su panteón, en el pueblo.
Se llamaba Eugenia (la
“bien nacida”)
Era mi madre.
Tomás Morales Cañedo.
Tomás, tus conmovedoras palabras son el mejor de los homenajes a tu querida madre. Cuando perdemos a "mamá", por muy mayores que seamos, es cuando nos sentimos huérfanos de verdad, pero seguro que sus buenos recuerdos y consejos siempre estarán contigo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEsperanza.