16 septiembre 2014

NO TODA LA FUERZA SE VA POR LA BOCA

Hay que reconocer que el carácter andaluz es dicharachero, muchas palabras y pocos hechos, pero aun así y todo es obvio no reconocerle su fuerte temperamento. Si esta situación la trasladamos al deportista, porque se crea que su fuerza bruta le lleva a una persona “robusta” y de poca capacidad intelectual, tendremos que quitarnos el sobrero y reconocer que en muy diversas circunstancias y situaciones tendrá más capacidad receptiva y cognitiva que el “forzudo de turno” que nos hemos imaginado.

Ciertamente será un individúo/a dotado/a de mayor concentración y resolución que otros cuya actividad o respuesta al ejercicio físico es nula. Si ya su propia decisión de hacer ejercicio es inteligente, no digamos las respuestas que van a recibir su cerebro, su sistema circulatorio y todo el conjunto de su cuerpo.

Poner nuestra “maquinaria corporal” en activo ya es de por si un acto contra la pereza, pero merece la pena, todo funcionará mejor, créanme, será como un bálsamo para las tensiones, un mejor sueño y una plenitud de energías para el día a día.

En centros de muy reconocido prestigio aplican terapias con ejercicio físico en grandes colectivos de personas de muy variadas edades y circunstancias personales. Diríase que no solo buscan la recuperación física y funcional del internado, sino que se afanan con empeño y entusiasmo en devolverles vitalidad y deseos de moverse.


Todo esto tiene un gran sentido, es como devolverle a la persona sus ganas de vivir, su sentido de alegría y satisfacción por estar “aquí”, que ya es mucho. Esto que explico tiene su significado en el Diccionario de la Real Academia Española, que dice: “Alegría” palabra que deriva del latín, “alicer o alecris”, que significa “vivo y animado”. ¿No es una buena meta esta aptitud?
Sin importar la edad y con las debidas precauciones, salvo las propias indicaciones de su médico, una actividad física mediante ejercicios y paseos proporcionará a nuestro cuerpo flexibilidad, resistencia y energías para cubrir todo el día. No resultará tedioso tener que salir de compras o visitar a los amigos. Nuestro cuerpo es como una pila recargable, tanto gasto, tanto recupero.

Si todas las revisiones médicas son buenas y positivas, ¿por qué dudar de esto?, anímense, den ese paso al frente y continúen, no se arrepentirán. Yo les invito a dar un paseo por el jardín, ir alejándose cada día más de sus casas y realizar unos breves ejercicios al regreso.Evidentemente en estos precisos instantes he pensado en aquellas personas mayores que se sienten atemorizadas a moverse.

No todo está perdido, en un periodo y espacio de semanas nuestro cuerpo reaccionará y se verán los resultados. Sería bueno convertir esta actividad en un hábito, resultará tan extraña abandonarla como cuando regresamos de una jornada festiva fuera de casa y no nos limpiamos los dientes.

Para ir haciendo boca, tanto para los indecisos y para los pocos habituados, pongo este simple cuadrito de ejercicios, que sin duda animará a unos cuantos.


POSICION EN PIE
1
Sujeto/a sobre marco de ventana, elevarse sobre puntas
2
Sujeto/a sobre marco de ventana, elevar rodillas alternas
3
Sujeto/a sobre marco de ventana, desplazar pierna lateral alterna
4
Sujeto/a sobre marco de ventana, flexiones de piernas

POSICION SENTADO/A
5
Elevar brazos y tocar puntas de pies
6
Brazos en cruz, torsiones de tronco a cada lado
7
Elevar piernas alternas
8
Manos nuca, ponerse en pie y volver a sentarse

POSICION TENDIDO/A
9
En cama o en alfombra, rodillas alternas al pecho
10
En cama o en alfombra, Cruzar piernas alternas sobre la contraria
11
En cama o en alfombra, llevar las dos rodillas al pecho
12
En cama o en alfombra, girar tronco a boca abajo, repetir por c/lado

EJECUCIÓN: Comenzar con cuatro series de cinco repeticiones e ir aumentando una repetición hasta llegar a doce, llegado aquí, mantener diariamente salvo los domingos, que es preceptivo descansar.

Como siempre cito, mis recomendaciones de absoluta disponibilidad en cuanto a salud, espacio, tiempo y ganas de ejercitarse, pues ya saben que la salud no está en el plato, sino en el zapato.

Juan Fernández Pacheco – Septiembre 2.014








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