19 enero 2014

CASI, CASI…

Todos conocemos el  significado del adverbio «casi»: cerca de, con poca diferencia, aproximadamente. Una palabra tan corta y aparentemente sencilla, pero larga de intenciones.
Casi lo logramos. Casi nadie me entiende. Casi soy feliz. Casi al final del camino. Casi siempre. Casi nunca…
Da juego para infinidad de combinaciones y ninguno estamos ajenos a su uso e influencia.

El  «casi» es como estar cerca de tocar el cielo, pero quedándonos suspendidos en  una nube. Es como llegar al dintel de una ansiada puerta sin traspasarla. Como tener la miel rozando los labios y no poder paladearla. A medio camino de la nada y el todo. No tiene sensación de rotundidad,  sino de algo incompleto. Bordea el precipicio de la felicidad sin conseguirla. Al filo del abismo de los logros que se presienten cerca y lejos a la vez.
Quizá por todas estas connotaciones frustrantes, nos incomoda su protagonismo  en nuestras vidas.
Con frecuencia no superamos alguno de esos «casi» y creo que podemos darle la vuelta. Deberíamos pensar que cuando aparecen no significa un fracaso irremediable, sino que todavía queda la esperanza de convertirlo en un todo. Que en esa posición podemos, sin la ceguera del resplandor de las atalayas, reflexionar en profundidad si deseamos de verdad ese objetivo. Tenemos la ventaja  de observarlo con la lucidez que nos dan los prismáticos de la distancia, y de comprobar la calidad humana con quienes podríamos compartirlo. Puede que entonces nos demos cuenta de que no merece la pena superarlo y que hay otro abanico de posibilidades que sí podemos alcanzar.

En mi opinión, más por experiencia que por un docto conocimiento del comportamiento humano del que soy iletrada, creo que muchas veces aprendemos más de un «casi lo consigo», que de un «lo conseguí.»



Esperanza Liñán Gálvez


5 comentarios:

  1. Esperanza, el adverbio “casi” tiene un valor incalculable en estos momentos que atravesamos de crisis. Vamos a tener que volver a la Edad Media y añadirle el “que” para darle más énfasis aunque sea menos culto: “Casi que” no llego a último de mes como no sea con la ayuda de…
    Tu “Casi” muy usado últimamente lo veo más utópico hoy día, pero puede ser que pronto veamos salir esos brotes verdes y podamos decir: ¡Ya lo logramos, Eureka! “Casi” soy feliz.
    Me encanta tu saber porque a “casi" todo; le sacas punta.
    Un fuerte abrazo.

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  2. Pasa deprisa la vida, como un viaje en una noria. Nosotros no pasamos nunca de ser aspirantes. ¿Sera que la felicidad consiste en estar buscándola siempre sin “casi” conseguirla? Gracias, Esperanza, me ha gustado mucho. Abrazos
    Nono

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  3. Gracias Maruja, estaba "casi" segura de que lo leerías. En esta vida cada uno tiene sus "casi" que a veces no tienen nada que ver con los generales.
    Me gusta que te guste amiga. Un fuerte abrazo.
    Esperanza.

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  4. Como con todo lo que escribes, amiga Esperanza, lo bordas.
    ¡Mira que es difícil escribir sobre el "casi"¡
    ¡Mira que es difícil intentar determinar un concepto "indedeterminado".
    Un concepto preñado de ambigüidad. Que es un alivio cuando estás al borde del precipicio y es una fristración cuando ya estabas saboreando la miel del éxito.
    Un concepto que vive, siempre, a la puerta de algo, pero ni dentro ni fuera, ni vestido ni desnudo, ni sí ni no, sino "casi".
    Según iba leyéndolo me venía a la mente la película de Woody Allen "Match Point" y me imaginaba a la pelotita de los cojones paseándose y bailando en la cuerda floja, que "casi" cae allí y "casi"" aquí y con el corazón en un puño, deseando que...
    ¡Me ha gustado¡

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  5. Gracias Nono y Tomás por tomaros la molestia de leer mis ocurrencias, y esos comentarios llenos de sabiduría que le suben la moral a cualquiera.
    A lo mejor conozco el "casi" porque somos viejos amigos, quizá por eso he intentado describirlo lo mejor posible. Me alegro si cumple el cometido de acercarse bastante a ese concepto indeterminado y que os haya gustado. Un fuerte abrazo para los dos.
    Esperanza.

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