24 diciembre 2013

UNA CALLE ESPECIAL

No figura en el callejero de ninguna ciudad. Muy pocas personas saben exactamente dónde está, porque tiene la facultad de cambiar de sitio y aparecer de pronto en otro lugar. Su don de la oportunidad la hace única en su género.
Es la calle Felicidad. No todos la encuentran cuando la necesitan, es más, algunos jamás la han visto. Sólo el destino sabe qué factores intervienen para poder acceder a ella y únicamente se abre para reponernos ante las dificultades. Tiene dispensadores en forma de buzón, y una placa de bronce con su nombre grabado en la parte superior indica lo que podemos adquirir de cada uno, y el valor de su trueque.
En mi última visita sólo había tres disponibles: Ilusión, Paciencia y Esperanza.
Para conseguir un poco de Ilusión debía depositar una pizca de Paciencia y otra de Esperanza. No tenía suficiente de ninguna de las dos, así que me quedé sin Ilusión y pasé a la siguiente.
Por un poco de Paciencia me pedían dos pizcas de Ilusión y otras dos de Esperanza. Mis reservas eran demasiado escasas y tampoco logré nada.
Continué cabizbaja hacia la de la Esperanza, echando de menos el tiempo en que solamente con un poco de Amor o Bondad podías llevarte el alma llena.
Un gran cartel cubría por completo la boca del buzón con un mensaje que decía: «Sentimos no poder ofrecerles Esperanza por haberse agotado las existencias. Se ruega depositen cualquier cantidad, por mínima que sea. Les será ventajosamente descontada de su próximo intercambio. Disculpen las molestias.»
Solo me quedaban unos gramos de esa virtud, así que con mucho cuidado para no perder ni uno, levanté el cartel y los vacié despacio confiando en que llegaran a buen destino.
Ante mi sorpresa apareció de la nada un nuevo buzón con el cartel de Generosidad, exento de trueque y una nota que indicaba un beneficio añadido: «Con  cualquier cantidad que utilice puede obtener el doble de Ilusión, Paciencia, y Esperanza.»

  

 E. Liñán Gálvez



6 comentarios:

  1. La escritura puede ser un arma de venganza y un desahogo eficaz. Tu relato es un cuento eterno. Abrazos navideños.
    Nono

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  2. Esperanza, espero encontrar esa calle de la Felicidad porque mis esperanzas están agotadísimas. El cartel de la Generosidad ya me lo conozco muy bien.
    Tal vez el 2014 se acuerde un poco más de mi y me lleve hacía esa calle tan especial. Bonito artículo.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Mis abrazos navideños y mi agradecimiento a Nono y Maruja por sus cariñosas palabras. Y encontrar esa calle nos gustaría a todos, porque la vemos solo a ratitos en la vida.
    Un fuerte abrazo.
    Esperanza.

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  4. Amiga, Esperanza, como siempre, me gusta todo lo que escribes.
    Sólo una nota.
    La Felicidad no es una CALLE por la que CAMINAR sino una PLAZA en la que montar la TIENDA DE CAMPAÑA y MORAR. Plaza a la que se llega por esas cuatro calles: las de la Ilusión, la de la Paciencia, la de la Esperanza y la de la Generosidad.

    Que el nuevo año te sea muy propicio

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    Respuestas
    1. Gracias Tomás por tu generosa respuesta a mis letras, que no sé si merece esta aprendiza. Y también por aclararme lo de la plaza, que la mayoría seguimos buscando cada día, aunque sea ella la que nos encuentra a nosotros cuando quiere y no se la espera. También te deseo un buen año, y que no nos falte la inspiración para seguir uniendo letras con todo el sentido común que tengamos y un poco de imaginación.
      Esperanza.

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  5. Podíamos crear un barrio integrando en él esas calles y plazas, Seguro que allí la vida seria mucho más fácil y agradable.
    ¡FELIZ AÑO!

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