10 noviembre 2013

TENGO OSTEOARTRITIS EN MIS MANOS

No sería de extrañar que a ciertas edades esta enfermedad tenga “alquilada” alguna parte de nuestro cuerpo. Ciertamente es un inquilino que puede ocupar y establecerse en cualquier articulación, con la triste finalidad de afectar a los cartílagos e impedir la facilidad del suave deslizamiento entre las articulaciones más comunes como son las manos, las rodillas, las caderas y la columna vertebral.
Pero nos vamos a centrar en las manos, muñecas y dedos, una de las zonas más afectadas por la Osteoartritis y porque son el epicentro del mayor número de movimientos que realizamos en nuestras actividades de la vida diaria.  (AVD). Por lo común, esta afección rompe la capa superior del cartílago y provoca un severo desgaste en las articulaciones, causando un continuo rozamiento y como consecuencia y respuesta, aparece el dolor.
Si bien somos conscientes de esta situación, una vez afectada la misma nos va a privar y limitar la capacidad de moverlas, dado que el dolor estará siempre presente y nos retraerá la funcionalidad.
Sin embargo el sentir del rehabilitador, ante esta dificultad, es orientar a quien la padece, independientemente de los fármacos que fueren prescritos, en movilizaciones pasivas y activas para combatir las molestias que soportan. No es de extrañar que, ante tal padecimiento, estas manos pierdan su fisonomía normal y la deformidad hará acto de presencia con el tiempo. Por cierto, nada agradable ni por el dolor ni por su aspecto.
Genéricamente es importante cuidar todas las articulaciones, pero en el caso que nos ocupa será importante aprender ciertas técnicas y movimientos para sobrellevar esta afección.
Como con todos los ejercicios que hemos prescrito a lo largo de nuestra actividad profesional, sirva de antemano el común comentario que muchas veces hemos oído: “es que hacer ejercicio es una lata” pues a pocas personas le gusta, vaya por delante mi respeto por esta opinión, pero a veces es necesario e importante tomarlo en consideración.
Relataré con claridad uno de mis protocolos favoritos, cuando en semejantes circunstancias patológicas teníamos que atender y favorecer esta importante zona.
La siguiente “pauta diaria” a seguir no durará más allá de los quince minutos, todos ellos muy importantes para las manos. Veamos:
Poner las manos en agua templada unos minutos.
Abrir y cerrar los puños, poniendo el pulgar sobre ellos.
Apoyar las palmas sobre la mesa estirando al máximo los dedos.
Apoyadas las palmas, ir levantando uno a uno todos los dedos.
Apoyadas las palmas, separar y juntar todos los dedos.
Palmas sobre la mesa, desplazar lateralmente las muñecas.
Puños cerrados laterales sobre la mesa, flexo-extensiones muñeca.
Un paño sobre la mesa y manos encima. Hacer presas con dedos.
Llevar cada pulgar a la punta de cada dedo.
10º
A destiempo, jugar con una pelota de Golf entre los dedos.

Para terminar con esta consideración de ejercicios, volver a introducir las manos en agua, esta vez tibia, durante unos minutos y con esto acabamos nuestra sesión.
El número de movimientos debe ser de menor a mayor, es decir: progresivos, según posibilidades y nunca deben ocasionar fatiga o cansancio.
Ahora vamos a poner “manos a la obra”. No es nada difícil ejecutar.



Juan Fernández Pacheco – Noviembre 2.013






1 comentario:

  1. MUY BIEN DESARROLLADO. LO PONDRÉ EN PR.ACTICA CON MI MANO IZQUIERDA, QUE SE HA VUELTO "LATOSA".
    NONO

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