17 febrero 2013

TOCAR EL CIELO


En el filandón poético celebrado el jueves, seis mujeres nos hicieron pasar algunos instantes estremecedores. Como estremecedor hubo de ser el comienzo de todo, cuando alguien diseñó una diosa tremenda llamada poesía. De ahí la naturalidad con la que nace en ellas la poética: la palabra como último recurso para expresar lo más entrañable, palabras iluminadas de una luz sabea por dentro y de una interioridad absoluta, versos de un contenido de filósofo griego llenos de una hodierna sabiduría. Poesía, pues, en y tras la última plenitud amorosa.

Su poesía no precisa de proclamas grandilocuentes ni enrevesados artificios, María Eugenia alcanza la difícil sencillez, la claridad, la ironía, un deliberado tono menor que contrasta con la hondura de sus versos con los que acostumbra a decir su verdad en voz baja sobre los sueños, la desesperación y también lo popular.

Sus versos los presenta como una suerte de testamento lirico, con una actitud sobria, recogida, sin alardes y por todo ello, Amalia, emociona y conturba cuando habla con sonetos de amor y versos en los que la tradición, lo popular y, como no, del deseo con rabiosa picadura de áspide femenina.

Quienes creemos en el poder fundador del lenguaje poético, quienes pensamos que la poesía es la respiración más honda de la vida, al oír el corazón de niña enamorada en Mayte, hemos alcanzado la cota más alta en esa ascensión sostenida de una poesía en la que la realidad verbal crea presencia al abordar con tino temas como el amor, la noche, la ruptura cruenta, el paso del tiempo, la soledad y el deseo.

Estamos ante una poesía en estado natural, de un lirismo que brota de la hondura personal, que nos concibe interiormente y que solo puede escribir quien es una poetisa pura como Maruja. Posee un alma llena de fantasmas interiores que pueblan su inteligencia y su sensibilidad y para cada uno de los cuales usa una voz distinta e infinita.

María –ya lo he dicho en otra ocasión− compone con versos sin cicatrizar. También canta con un ritmo adecuado y una cadencia musical; su garganta habla con lágrimas de guitarra en la que se abrazan las sonrisas allí donde las huellas de la pasión se hunden como el mar en la arena. Habla como madre que amamanta y del amor, con la voz lejana de la corza herida que sabe decir te quiero, la dulce voz que es un sollozo en la nevada.

Para morir de haber vivido, Corona dibuja en el éter un cormorán alado que conforma el sacerdocio de los versos solemnes como plectros que encienden la epopeya borrosa del morir, el simbolismo y la incertidumbre. Sabe que la muerte es la hora sin tiempo, el recuerdo deshabitado del olvido.

En todas ellas la poesía sigue siendo, en estos tiempos de inclemencias y miedos, un refugio seguro de lo sublime, una mágica mezcla de inocencia y saber. Miran el mundo con ojos de niñas sabias. Sus poemas son de una intensidad y una emoción que se sirven de la ligereza de un verso con vuelo en el poema total o en los poemas diversos en cuya construcción nunca falla el ritmo y en la que se prodigan, con palabra limpia y desnuda, los aciertos lingüísticos de una sencilla claridad. Sus versos queman como la nieve. Sus sentimientos oscilan como un péndulo, colgada la luz poética de la escarpia del frio, huyendo de la vida en una fuga que no conoce el fin. Para ellas el amor aún se muestra como modelo de vejentud, la última esencia de sus venas. Cantan con respiración de mujer desnuda que se abrasa en la hermosura mientras una flor de fuego se abre en su vientre relumbrante, entre las ingles celestes. Yo me he quedado entristecido de no haber recalado antes en el tesoro lirico de la expresión poética de estas mujeres.

Nono Villalta, febrero 2013





7 comentarios:

  1. GRACIAS NONO POR TUS COMENTARIOS.
    UN ABRAZO.
    Mª EUGENIA

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  2. Querido Nono, te has subido a las nubes para hacer este bello comentario de la Velada Poética. ¿Te hemos hecho tocar el cielo? Gracias, pero ten cuidado con la caída porque “Somos niñas sabias”… y “Nuestros amores son modelos de vejentud”.
    Espero que el jueves me lo expliques en clase de literatura, porque yo estoy en las nubes todavía después de la velada.
    ¡Eres un fenómeno escribiendo!
    Un abrazo.

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  3. Diccionario de la Real Academia (RAE)

    filandón.
    (Alterac. del ast. filazón, der. de fīlum).
    1. m. León. Reunión nocturna de mujeres para hilar y charlar.

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  4. Diccionario de la real Academia (RAE)

    cormorán.
    (Del fr. cormoran).
    1. m. cuervo marino.

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  5. Diccionario de la Real Academia (RAE)

    vejentud.
    1. f. Cuba, El Salv. y Ur. vejez (‖ edad senil).

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  6. Diccionario de la Real Academia (RAE)

    vejentud.
    1. f. Cuba, El Salv. y Ur. vejez (‖ edad senil).

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  7. Me uno a tus palabras porque no se puede expresar mejor lo que cada una de las poetisas transmite recitando. Gracias también por esos palabros que amplian nuestro conocimiento. Tú también eres un "niño sabio"

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