Hace
muy pocos días, oí la entrevista que le hacían por la radio al escritor Arturo Pérez Reverte con motivo de la
presentación de su último libro.
He de reconocer que actualmente, y sobre
todo en su faceta como articulista, el lenguaje que emplea no se atiene
demasiado a las normas de la cortesía, (por no decir que es borde, deslenguado
y montaraz).
No obstante, aunque sus comentarios
resulten hirientes en muchas ocasiones, eso no significa que no estén cargados
de razón.
Pues bien, refiriéndose a los años vividos
y a la madurez alcanzada por la edad –dijo haber cumplido los sesenta-, me
llamó la atención una frase suya:
“Siempre pensé que lo peor en un ser
humano era la maldad, pero ahora estoy convencido de que es la
estupidez. Contra la maldad se puede luchar, negociar, oponerse, pero la
estupidez es inmanejable, no admite ningún tipo de transacción”.
Estoy totalmente de acuerdo. También en la
radio -ese maravilloso aparato que te permite hacer cualquier cosa mientras la
escuchas-, presté todo mi interés al diálogo sostenido entre el locutor Carlos
Herrera y el dirigente nacionalista Oriol Junqueras.
Escuchando las respuestas del político
catalán y sus ¿ingenuas o estúpidas? afirmaciones respecto de una Cataluña independiente,
europea, grande y libre,
catapultada en su destino hacia lo universal, (¿les suena?)?
no pude por menos de recordar las reflexiones que el lendakari Ibarreche y su
“magnifico plan” hacían sobre la inventada Arcadia feliz de la patria
vasca en la que nací y crecí y que
sin embargo nunca tuve la oportunidad de conocer y mucho menos, de disfrutar.
¿Por cierto, por qué sumidero fue absorbido y diluido dicho plan?
Siguiendo con la entrevista del dirigente
de Ezquerra Republicana, mi estupor fue creciendo a medida que le escuchaba:
-“No tiene por qué existir ningún
problema una vez establecida la independencia, decía, las relaciones entre los
dos Estados serán magníficas.
-“Los catalanes podrán tener,
si quieren, la doble nacionalidad, la catalana y la
española.
-“Cataluña podrá seguir perteneciendo
a la Comunidad Económica Europea porque hasta ahora
ninguna nación ha sido expulsada de la misma.
-“El nivel económico de nuestra “nació”
mejorará sensiblemente, y el comercio con España se intensificará.
-“Ninguna de las multinacionales se
trasladará fuera de Cataluña, porque
tienen delegaciones en ella.
Estas son las “perlas” que recuerdo más
claramente, aunque, por supuesto, hubo otras. “La legalidad no puede
nunca imponerse a los deseos de un pueblo...” etc.etc.etc...
¿Cómo luchar contra ésto? ¿Sirve algún
razonamiento? Los “marmolillos peatonales” -frase acuñada en su día por Alfonso
Guerra-, son insensibles al desaliento.
¡Señor! Reniegan de todo cuanto huele a
español, y sin saberlo, resultan absolutamente calderonianos, por aquello de “Y
los sueños, sueños son”.
Mayte Tudea.
20 de Diciembre 2012
Excelente reflexión sobre Perez Reverte y sus bordes verdades. Es verdad que la maldad se puede combatir, pero la estupidez solo se conoce desde ese mismo nivel. Hoy en día el que mencionas y otro buen puñado de políticos se mueven en ella como pez en el agua, están en su elemento...
ResponderEliminarA mí,(¿qué quieren que les diga?) Mas me produce cada vez más agujetas mentales, así que prefiero hacer gimnasia mental en otros espacios donde reflexionar.
ResponderEliminar¡Qué pesadez¡