Málaga no tenía la luminosidad que le caracteriza,
cuando un grupo de mayores de la
Universidad Malacitana salimos hacia tierras jiennenses. Eran casi las ocho del
día nueve de noviembre y, en la ciudad y en la autovía, la lluvia y los relámpagos fueron
nuestros compañeros de viaje. Paramos a desayunar en Los Abades de Loja y, después
de hacerlo muy bien, seguimos la ruta. Los llanos y los montículos de olivares se difuminaban con la lluvia y la
niebla. Con estos fenómenos atmosféricos adversos entramos en Úbeda por la
Avenida de Cristo Rey.
Nos bajamos del autobús cerca de la Plaza Vázquez de
Molina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2003. Esta plaza llena de edificios renacentistas, lleva
el nombre de quien la mandó a construir; Juan Vázquez de Molina, sobrino de Don Francisco de los Cobos, muy
influyente en el reinado de Carlos I. En
ella pudimos contemplar: la iglesia de Santa María de los Reales Alcazares,
edificada sobre una antigua mezquita; el Palacio del Marqués de Mancera, con la
Torre del Tesoro, La Cárcel del Obispo del siglo XIX, hecha en consonancia con
los demás edificio, el Palacio del Dean Ortega, construido por Andrés de
Vandelvira, buscando la armonía de la plaza, el Antiguo Pósito, el Palacio de
Vázquez de Molina o de las Cadenas, atribuido a este arquitecto, y la Sacra
Capilla del Salvador, panteón de los Cobos, proyectada por Diego de Siloé que
cedió los derechos a Andrés de Vandelvira y que lo dio a conocer . Bajo la
cúpula se halla el retablo barroco de la Transfiguración de Cristo en el Monte
Tabor, de Berruguete. La sacristía está en un edificio anejo a la capilla con
una original entrada, bóvedas vaídas y esculturas representando todos los
saberes de la humanidad.
Acabada la visita a la plaza fuimos por calles
empedradas hasta la Plaza Primero de
Mayo, antiguo corazón de la ciudad. Allí
se ubica la iglesia de San Pablo, quemada en la guerra entre Pedro el Cruel y
Enrique de Trastámara y reedificada en estilo gótico En el centro de la plaza la
escultura de San Juan de la Cruz, y enfrente el Antiguo Ayuntamiento, con las
esculturas de los patronos de la ciudad, San Miguel y San Juan de la Cruz, y en
un lateral, el Palacio del Conde de Guadiana estilo renacentista.
Caminando llegamos a la Plaza de San Pedro con la
iglesia del mismo nombre y una fuente que abastecía de agua a la ciudad. Por
calles estrechas y adoquinadas, con edificios de piedra o de tonos beige y ocre,
llegamos a la Plaza de Andalucía hecha a
extramuros de la antigua ciudad en la dictadura de Primo Rivera. En ella se
encuentra la iglesia de la Santísima Trinidad con la Torre del Reloj que marca el horario de
Úbeda y una escultura del general
Leopoldo Soro que participó en el desembarco de Alhucemas.
Con bastante apetito llegamos al Museo Agrícola. Un
restaurante adornado con profusión de aperos del campo, donde almorzamos un calórico menú: migas, chorizo, morcilla,
bacalao con pisto y patatas, regados con vino, y postre. Acabado el almuerzo,
salimos hacia Baeza.
Al llegar a esta ciudad el autocar aparcó cerca de la
Plaza del Populo o de los Leones, construida por Fernando III el Santo. Allí se
encuentra; el edificio de las Antiguas Carnicerías, del siglo XVI, traslado
piedra a piedra a ese enclave, la Escribanía Pública, de estilo plateresco,
actualmente oficina de Turismo, En la planta de arriba la Audiencia Civil, adosada al balcón donde se celebró la
primera misa después de la Reconquista. En la plaza también está ubicada la Puerta de Jaén y
el arco de Villalar, y una fuente del siglo III d Cristo, procedente de la
ciudad iberorromana de Cástulo. Tiene dos leones y dos bueyes y sobre una
columna a la princesa Himilce, esposa de Aníbal.
Bajo la lluvia fuimos a la Plaza de Santa María donde
se hallan tres instituciones
representativas de la ciudad; la Santa Iglesia Catedral, el Seminario de San
Felipe Neri y las Casas Consistoriales. En el centro la plaza se alza la fuente
renacentista de Santa María. Entramos en la Catedral y admiramos además de sus capillas; el Altar Mayor,
de techo gótico tardío, la cúpula con
una bella lámpara de cristal de la Granja, el Retablo Mayor dedicado al
martirio, y el cuadro de Santa María a la que Machado dedicó un poema. Salimos
por la Puerta del Perdón y nos dirigimos a la Plaza de la Santa Cruz en la que
está enclavada la iglesia románica del mismo nombre, frente a ella se alza el bello palacio renacentista de
Jabalquinto y la Antigua Universidad donde
se encuentra el Instituto Santísima Trinidad. Entramos y vimos el claustro de
doble arcada y nos sentamos en los bancos del Aula Magna (En el aula donde
Antonio Machado impartía sus clases sentí una enorme emoción al leer un poema
de su puño y letra) Por el Arco del Barbudo llegamos a la Plaza del Mercado,
centro de la ciudad. Luego cogimos el autobús para ir al Hotel Campos de Baeza y, una vez asignadas
las habitaciones, fuimos en el bús al restaurante la Góndola donde cenamos. Después regresamos al
hotel.
Por la mañana tras desayunar en el bufet del hotel
salimos rumbo a Jaén. Hacia buena temperatura y a ratos lucía el sol. Pasamos el
Guadalquivir y por el camino las tierras rezumaban agua. Recostada en el Monte
de Santa Catalina, Jaén nos esperaba.
Arribamos a la ciudad, cruce de caminos y capital de
España en un periodo de la Historia, y entramos en la Iglesia de San José,
antes convento de los Carmelitas Descalzos. Allí admiramos el retablo barroco
que representa a los apóstoles y la talla de Jesús Nazareno también llamado “El
Abuelo” que tiene una singular leyenda. Bajando hacia la Catedral, nos
encontramos una torre de la muralla del siglo XV de época cristiana, a su lado está el convento de
Santa Teresa donde se guarda el manuscrito del ”Cántico Espiritual” de San Juan de la Cruz.
Caminando llegamos a la Plaza Mayor. En esta plaza se
encuentra el Ayuntamiento, el Palacio
Obispal y la fachada principal de la Catedral. La hermosa Catedral de la
Anunciación fue concebida en el siglo XVI para sustituir a un templo gótico.
Aunque tardó varios siglos en construirse,
se respetó la idea original. La fachada principal es barroca, con las
esculturas de los cuatro evangelistas y los cuatro padres de la iglesia y está
enmarcada por dos torres gemelas. Ya dentro de la Catedral subimos a las Galerías Altas que recorre el recinto. Por los balcones que hay
en ella, se ve una extraordinaria panorámica del interior y del exterior. La
Catedral tiene diecisiete capillas y en la Capilla Mayor se venera la reliquia del Santo Rostro o de la Verónica
de gran devoción en la ciudad. La
sillería del coro de madera de nogal en
estilo neoclásico. Vimos la Custodia de plata, primorosamente trabajada, que
tiene ángeles, apóstoles y personajes bíblicos sosteniendo la imagen de Jesús
Resucitado y entramos en la Sala Capitular con el retablo de la Asunción de la
Virgen y, en la Sacristía, obra cumbre de Vandelvira, con sus ochenta columnas
y en el centro el retablo de Alonso de Mena.
Tras hacer un nuevo recorrido visual por todo el
templo salimos al exterior y nos fuimos
por las calles del Centro Antiguo a pasear o a tomar unos vinos. Al ir a coger
el autobús, en la Plaza de San Francisco, detrás de la Catedral, vimos rodeada
de naranjos una escultura de Andrés de Vandelvira. Es el homenaje a este gran
arquitecto renacentista, que con sus obras ha dado fama a Jaén y su provincia.
Almorzamos bien en el restaurante “El Gambero” y, a
las cuatro y media, con el cielo luminoso y un ligero airecillo, tomamos el
camino hacia nuestra ciudad. Málaga nos acogió
con una buena temperatura. Nos despedimos de nuestros compañeros hasta
la próxima, esperando, que no nos llueva tanto.
Amalia Díaz
Enlace con los albunes de fotos de las actividades de Amaduma :
https://picasaweb.google.com/amaduma
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