En estos tiempos de mensajes cortos y contundentes, aún a sabiendas de que todos tenemos puestos la mayor parte de nuestros sentidos en la situación tan difícil que estamos viviendo, o quizás por eso mismo, se me ha ocurrido colgar algunos microrrelatos para paladearlos como si fueran «chupitos de verano», con o sin alcohol, pero con chispa. Espero que sean como pequeñas píldoras, a ser posibles de la felicidad. Un espacio donde rentabilizar la imaginación con los mejores dividendos; sin P.I.B., euros, ni dólares, y que las únicas monedas de curso legal sean la reflexión y la sonrisa.
Sin más preámbulos, porque de micros se trata, ahí van los dos primeros:
REUNION ANUAL
Como todos los años en el solsticio de verano se celebraba la reunión más importante de ese selecto grupo y cada vez con menor asistencia de público. Al caserón elegido para el acontecimiento solo llegaron seis mujeres y seis hombres; casi todos con el mismo medio de transporte.
Una vez reunidos en el salón destinado al evento, comenzó a hablar el Vicepresidente:
—Veo muchas bajas entre nuestras filas; debe ser porque están sobrecargados con sus cometidos habituales, y no es para menos, entre las lejanas promesas electorales, la crisis mundial, la banca, la prima, los reality shows, las tertulias televisivas, las aficionadas y los fantasmas sin sábana que pululan por ahí; nuestro censo oficial es cada vez más exiguo.
Todos estuvieron de acuerdo con esas palabras. A continuación la Presidenta siguió diciendo a los fieles asistentes:
—Somos muy pocos para esta reunión, por lo que propongo aplazarla hasta que se cansen de jugar con las marionetas. ¡Unos por otros y la casa sin barrer! Hablando de barrer, montaos en las escobas y volved a vuestras casas. Este año no tiene sentido un aquelarre…
REGALO SORPRESA
Por fin había llegado el día de nuestro aniversario y quería darle a mi novio una sorpresa. Hice la reserva de un regalo muy original, pensando que nos vendría bien a los dos para relajarnos. Después degustaríamos una cena romántica y un postre de diez...
El día anterior lo llamé por teléfono para que no hiciera otros planes.
—Cari, nos vemos mañana a las seis de la tarde, donde siempre, pero por favor trae tu bañador. No lo olvides porque es muy importante.
—¿El bañador, es qué vamos a la playa?
—Si, el bañador. Solo necesitas saber eso, lo demás déjalo de mi cuenta.
—Vale, lo que tú digas. Hasta mañana cielo.
—Un beso y hasta mañana cari. —me despedí pensando en la sorpresa que le tenía preparada.
Cuando apareció al día siguiente, no podía creerlo: con chanclas, bermudas floreados haciendo juego con su camiseta de tirantes, gorra americana con la visera hacia atrás, una sombrilla enfundada colgada del hombro y en las manos sostenía su juego de aletas y gafas de buceo; sólo le faltaba el flotador con la cabeza de pato.
—Cari, te pedí que trajeras solamente el bañador. —le dije mientras lo miraba alucinada y pensando: ¿Cómo íbamos a entrar en un SPA de cinco estrellas y baños árabes con mi novio vestido de esa guisa?
Esperanza Liñán Gálvez
Sin más preámbulos, porque de micros se trata, ahí van los dos primeros:
REUNION ANUAL
Como todos los años en el solsticio de verano se celebraba la reunión más importante de ese selecto grupo y cada vez con menor asistencia de público. Al caserón elegido para el acontecimiento solo llegaron seis mujeres y seis hombres; casi todos con el mismo medio de transporte.
Una vez reunidos en el salón destinado al evento, comenzó a hablar el Vicepresidente:
—Veo muchas bajas entre nuestras filas; debe ser porque están sobrecargados con sus cometidos habituales, y no es para menos, entre las lejanas promesas electorales, la crisis mundial, la banca, la prima, los reality shows, las tertulias televisivas, las aficionadas y los fantasmas sin sábana que pululan por ahí; nuestro censo oficial es cada vez más exiguo.
Todos estuvieron de acuerdo con esas palabras. A continuación la Presidenta siguió diciendo a los fieles asistentes:
—Somos muy pocos para esta reunión, por lo que propongo aplazarla hasta que se cansen de jugar con las marionetas. ¡Unos por otros y la casa sin barrer! Hablando de barrer, montaos en las escobas y volved a vuestras casas. Este año no tiene sentido un aquelarre…
REGALO SORPRESA
Por fin había llegado el día de nuestro aniversario y quería darle a mi novio una sorpresa. Hice la reserva de un regalo muy original, pensando que nos vendría bien a los dos para relajarnos. Después degustaríamos una cena romántica y un postre de diez...
El día anterior lo llamé por teléfono para que no hiciera otros planes.
—Cari, nos vemos mañana a las seis de la tarde, donde siempre, pero por favor trae tu bañador. No lo olvides porque es muy importante.
—¿El bañador, es qué vamos a la playa?
—Si, el bañador. Solo necesitas saber eso, lo demás déjalo de mi cuenta.
—Vale, lo que tú digas. Hasta mañana cielo.
—Un beso y hasta mañana cari. —me despedí pensando en la sorpresa que le tenía preparada.
Cuando apareció al día siguiente, no podía creerlo: con chanclas, bermudas floreados haciendo juego con su camiseta de tirantes, gorra americana con la visera hacia atrás, una sombrilla enfundada colgada del hombro y en las manos sostenía su juego de aletas y gafas de buceo; sólo le faltaba el flotador con la cabeza de pato.
—Cari, te pedí que trajeras solamente el bañador. —le dije mientras lo miraba alucinada y pensando: ¿Cómo íbamos a entrar en un SPA de cinco estrellas y baños árabes con mi novio vestido de esa guisa?
Esperanza Liñán Gálvez
Bien por "Los chupitos de verano". Seguro que algunos más se animan porque en verano también seguimos el blog y nos gusta ver que no está cerrado por vacaciones. Enhorabuena.
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