27 enero 2011

LOS MAESTROS


Varias veces en el grupo hemos hablado del maestro. Todos hemos coincidido en la figura tan importante que para cada uno de nosotros ha supuesto el recuerdo de los maestros que tuvimos en nuestra infancia .

Personalmente recuerdo a D. Manuel y D. Fernando (maestros nombrados en la posguerra cono provisionales entre los alféreces una vez terminada la contienda) como de un niño, como son ahora los de primaria, casi una cuartilla en blanco donde escribir; supieron por supuesto bajo la mirada de mis padres, introducirme en un aprendizaje con el que empezar a caminar en la vida.

Tengo en mis manos un texto de las Escuelas Normales Seminarios de Maestros del Reino (1.865) de donde , por su belleza y pedagogía escojo el siguiente texto para vosotros .

…” El que no puede cumplir con los deberes de padre no tiene derecho a serlo. No hay pobreza, ni trabajos, ni respeto humano que le dispense de alimentar y educar por si mismo a sus hijos. Me atrevo a pronosticar a cualquiera que tenga entrañas y descuide tan santos deberes, que derramará por esta falta abundantes y amargas lágrimas sin consuelo”.

Así delimitaban entonces los terrenos de la educación y enseñanza de los niños. Pero sigo:

…” Nadie mejor que la familia que rodea al niño de continuo , está en disposición de educarle; nadie puede sufrir tan de cerca ni tan cruelmente los efectos de una mala educación ,como los mismos que han sido causas de ella.

Bajo el techo doméstico y en los brazos de una madre, se desenvuelven las mas dulces afecciones y se adquieren las primeras ideas que recordamos siempre con placer indecible. El padre de familia que cría y protege a sus hijos, la madre que los rodea constantemente de una solicitud tan tierna que nadie puede reemplazar en el mundo, el paso que inspiran profundas y afectuosas simpatías, ejercen saludable influjo con sus lecciones y ejemplo para dirigir el corazón por el camino de la virtud. El padre y la madre estudian las necesidades de sus hijos, conocen su carácter, su aptitud, sus defectos, sus buenas cualidades; están de continuo en inmediato contactos con ellos; ejercen un ascendiente sin límites.

Querer despojarle del derecho de educar a sus hijos sería un atentado contra la naturaleza, pero confiar exclusivamente la educación a su cuidado en las circunstancias actuales de la sociedad sería una falta de graves consecuencias, sin hacer méritos de la ineptitud de todas ellas.”.

Lo que ha empezado con el valor del maestro parece que termina con un canto a los padres. Bueno así está bien, si lo miramos como dos orillas imprescindible para hacer un buen río

Francisco Oses
150 años después.


1 comentario:

  1. Por ese orden:
    1º.- Los padres y el resto de la familia.
    2º.- El maestro.
    3º.- Los amigos que,en la pubertad van a influir tanto o más que los dos anteriores.
    4º.- La sociedad (lo que se ve, lo que se oye, lo que se lee, los valores que se ofertan como deseables y superiores.....

    "Para educar a un niño hace falta toda la tribu" (Adagio africano)

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