05 septiembre 2010

CONSEJOS

1-Septiembre-2010
Mayte Tudea.


CONSEJOS AL ATARDECER


Una charla femenina de las que equivalen a dos o tres sesiones de diván psiquiátrico, nos mantuvo entretenidas desde el inicio del atardecer hasta que nos dimos cuenta de que era ya noche cerrada.

Yo creo que en este terreno las mujeres jugamos con ventaja; que nos resulta más fácil abrirnos a otras personas de nuestro propio sexo, contar nuestros problemas, y que esto a veces nos libera en parte de ellos, o logramos que adquieran una dimensión más cercana a la realidad. Nosotras sabemos manejar con mayor habilidad la espita de nuestra olla a presión, y evitar de ese modo que estalle.

Parece demostrado que nuestra inteligencia emocional está más y mejor desarrollada que la del hombre, y gracias a ello hemos podido sobrevivir a los tiempos de desigualdad y de machismo imperantes en el pasado. Actualmente se ha equilibrado bastante la balanza, aunque aún persistan “residuos” que imagino irán desapareciendo. Como es lógico, estas reflexiones únicamente resultan válidas para Occidente. Mejor no hablar de las “culturas” islámicas y de tantos lugares del planeta donde la mujer sólo es un objeto, y en su mayoría, de ínfima consideración.

Justo sería reconocer también que el hombre cuenta con otra serie de valores y de capacidades de las que nosotras no estamos tan dotadas, e incluso carecemos. Y que por fortuna somos diferentes, y por ello, quizá, complementarios.

Yo soy de las que opinan que en nuestra sociedad y en nuestro momento, no fue para nosotras todo tan opresivo como ahora nos quieren hacer creer. Y que en un porcentaje nada desdeñable, las mujeres fuimos tratadas del modo que nosotras mismas establecimos –aunque hubiera sus “tira y afloja”-, y siempre y cuando el hombre que teníamos a nuestro lado, supiera valorar y respetar a la mujer que era su compañera, bien de vida o de trabajo. Y ni qué decir tiene que el terreno del hogar y de la familia siempre ha sido nuestro reino, y lo hemos gobernado según nuestro criterio, acertado casi siempre.

En fin, todo esto con las naturales excepciones que suelen confirmar la regla, y por supuesto sin pretender establecer ningún axioma sobre las relaciones varón-mujer.

Hablaba de la inteligencia emocional femenina y de cómo nos manejamos mejor con los sentimientos que ellos. Pero habría que admitir que cuando algo nos perturba, nos obsesionamos mucho más con el tema y no siempre somos capaces
de enfrentarnos a él con determinación y por derecho. En muchas ocasiones, nos movemos por caminos sinuosos y enrevesados. Los hombres suelen “ir al grano”, son más directos.

Estas reflexiones las he ido hilvanando con posterioridad a las confidencias que me fueron hechas ese atardecer, en el que hube de improvisar unos consejos verbales –allí mismo pedidos-, que precisamente por ser tan espontáneos y poco meditados, es posible que no resultaran todo lo adecuados que yo pretendía.

Los que escribo a continuación –de tener alguna utilidad, yo soy la primera interesada-, aunque responden de un modo más elaborado a la petición formulada por una mujer, creo que podrían ser compartidos por ambos sexos, y son fruto de una convicción personal : “Sólo en nosotros mismos está la raíz de nuestro bienestar. Intentemos que florezca”.



UN CONSEJO

Un consejo. No entregues tu felicidad
en manos conocidas o extrañas,
no dependas de la voluntad
de otras personas para sentirte bien.

No creas que la alegría vendrá a ti
a través de alguien, que sólo ese alguien
será capaz de colmar tus anhelos,
de llenar tus vacíos, de disipar tus miedos.

No esperes que el teléfono suene,
ni que el cartero llame a tu puerta,
ni que te envíen mensajes escritos,
para poder afirmarte en cuanto vales.

No pienses que eres el dueño de otro ser,
ni exhibas tu contrato de propiedad;
será más tuyo si se siente libre:
sólo los objetos pueden ser poseídos.

Nunca permitas estar sometido
a los vaivenes de los demás,
porque su brújula puede desviarse
y hacer que tú pierdas el Norte.

Busca en tu interior. Encuentra allí
el amor que quieres recibir,
la ilusión que te permita soñar,
el valor para afrontar los problemas.

Consigue que la alegría fluya,
mantén alimentada la esperanza,
ejerce la empatía de continuo,
y verás florecer todos sus frutos.

Será tan abundante tu cosecha,
que podrás donar generosamente,
y aceptar como un simple regalo,
aquello que la vida quiera ofrecerte.






1 comentario:

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