30 mayo 2010

Grupo Curso Especialización Filosofía 2009/2010 de la UMA

Mayte Tudea.


LA IMPORTANTE TAREA DE ENSEÑAR

Siempre me sorprende, por natural que resulte, la percepción tan diferente que en ocasiones tenemos los seres humanos ante las mismas cosas, los mismos hechos, los mismos acontecimientos.

Por más claro que uno mismo lo vea, por más evidente que te resulte, si cotejas tu opinión con la de otra persona, no siempre es coincidente con la tuya y a veces, incluso es radicalmente distinta. Esto también es lo que dota a la vida de un interés especial, de otra manera resultaría mucho más aburrida, y entraríamos en la peligrosa vertiente del “pensamiento único”, de tan nefastos y conocidos resultados.

En el curso de Filosofía que este año nos han impartido en el Aula de Mayores, y que yo he disfrutado profundamente, se han debatido los temas que competen a esta disciplina –profundos, trascendentales, y conocidos-, y de los que se derivan las preguntas claves: ¿Qué es el hombre? ¿Qué propiedades caracterizan al ser humano? ¿Ser racionales, ser libres, ser responsables? ¿Cuál es la condición moral del ser humano?

Han sido clases muy abiertas –magníficamente guiadas por los profesores Tomás y Alicia- y en ellas hemos participado vivamente los alumnos expresando nuestro parecer, intercambiando opiniones, y sorprendiéndonos también de las diferentes respuestas que hemos dado a unas mismas cuestiones.
Reacciones lógicas por otro lado, tratándose de la materia que nos ha venido ocupando.

Tras la Filosofía clásica en la que Tomás nos ha situado durante
la primera parte del curso, Alicia nos ha introducido por los intrincados vericuetos de la neurofilosofía y de las neurociencias.

El progreso que se ha producido en los últimos tiempos en el campo científico, y en las neurociencias, ha favorecido el desarrollo de un nuevo ámbito dentro de la Filosofía, llamado neurofilosofía, y que presenta aspectos francamente inquietantes -al menos para mí-, pero sin lugar a dudas, también apasionantes.

Y además se ha “respirado” en el aula un ambiente de cordialidad y camaradería, que ha convertido el curso en algo muy grato y enriquecedor.

Reflexionaba ayer en voz alta con nuestra profesora, Alicia, sobre la gran trascendencia del docente en el proceso de enseñanza-aprendizaje; la enorme importancia de saber transmitir, “enganchar”, y cómo cuando se produce esta circunstancia, el profesor no sólo se limita a enseñar, sino a descubrir. Y la huella que algunos dejan de por vida en sus alumnos.

Para celebrarlo, los compañeros compartimos una agradable comida con nuestros profesores, y fue el final feliz de este interesante curso.

Imagino que nuestro querido Joaquín podrá ilustrar este evento.

29 de Mayo de 2010
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Más que ilustrar os propongo que visiteis estos tres enlaces que pongo a continuación, dónde están ubicadas las fotos que de diversos momentos del curso dejan constancia del parrafo de Mayte, sobre la cordialidad y camaradería, que ha reinado durante todo el curso.
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