22 octubre 2009

Mis sueños como reivindicación de la “EÑE”


Hace unas mañanas, estaba aún soñolienta, oí por la radio que los españoles podíamos apañarnos bien sin la "Ñ", que no era necesaria.

Ceñuda ante ese desaliño, pensé, que quieren hacernos la puñeta, y presentí como si fuera una señal del Señor, que mis sueños se harían añicos. Ante la idea de perder esa letra se adueñó de mí un extraño empeño de reivindicar la "Ñ"; de no aceptar tamaña añagaza. Al instante comencé a devanarme el moño con el fin de poder enseñar mis sueños con la "Ñ"; esa letra de cuño tan español, y para otros inútil y pequeña.



A  MODO DE INTRODUCCIÓN
Añadida a la morriña que me produce la añoranza por la niñez perdida, lo que más añoro de esos años, son los sueños.

De niña soñaba unos sueños, que desfilaban ante mis extrañados ojos enmarañados como las niñerías de una piñata. Por la mañana me empeñaba, como si de otra enseñanza se tratara, de desentrañar qué engaño o patraña, había en mi extraño soñar.



UNO DE MIS SUEÑOS
Mi entrañable compañera Begoña Muñoz Ibáñez, era dueña de una tienda de campaña. Era otoño, ya había pasado el calor agosteño y decidió instalarla en los aledaños de la campiña. Tenía migraña, y para aliviarse, ceñía su cabeza de cabellos castaños con un pañuelo de estameña. Yo la acompañaba encaramada, con mucha maña, en una cucaña.

Cerca de allí había una ermita con un ermitaño, que mañaneaba para tañer la campana. El tañido, extrañaba a las cigüeñas, que cada año apañaban su nido en la espadaña.

También había una cabaña llena de arañas, donde una niña ñoña, con la moña de una muñeca pequeña en el moño, miraba las musarañas y arañaba un leño con las uñas de un ñandú.

Una niñera bisoña le regañaba, y mojando un paño, roñoso como un guiñapo en un caño de agua, bruñía unas ñoras. Luego las pinchaba con un puñal y las apiñaba en un lebrillo lañado.

Su cuñada la acompañaba, y se restañaba una herida de sus dedos llenos de sabañones, para tocar con unas castañuelas una cantiña mañica.
Fuera, un gañan huraño y mañoso, guiñaba sus ojos con las pestañas llenas de legañas, apañando con una guadaña, un cañizo de cáñamo y caña junto al leñero, para un gruñón rebaño de ñus.

Bajo el cielo añil, se enseñoreaban los peñascos de una señera montaña. Entre las peñas y los pinos piñoneros repletos de piñas, un montañero cenceño y desaliñado, comiéndose un pestiño, escudriñaba la cañada. Allí, unas alimañas, de rapiña, hambrientas de carroña, rebañaban con saña, las entrañas de un gato garduño, subidas en una pezuña de ñu.

Los castaños cargados de castañas, y las madroñeras de la cañada que enseñaban sus retoños preñados de madroños, llegaban hasta los viñedos ribereños de un rio. En el rio, unas dañinas pirañas se apiñaban entre las cañetas y las espadañas.

En el rio estaba yo…. extrañada, no sabía cómo había llegado hasta allí. Me resbalaba de la cucaña, casi hasta bañarme, en unas aguas que se teñían del color de los madroños.

Sin temerle a la regañina de mi madre, y dejando atrás mis ñoñerías de niña, exclamé: ¡Coño, que me emponzoñan las pirañas!

Como una contraseña ante el miedo por el aliño que conmigo apañaban las pirañas, me apretaba el gañote con los puños hasta hacerme daño.

El cañonazo de un añoso cañón dispersó a las pirañas, y yo, resbalándome de la cucaña, me desperté con un baño de un sueño en el que – como se dice en la España cañí – pensé diñarla.

NOTA

 

No quiero pecar de pedigüeña, ni tampoco de añeja, ni de un exceso de cariño, al terruño, por pedir que: a los españoles nos dejen que nos apañemos con la "Ñ" como hasta ahora, que no desaparezca del español.

Supondría un gran desengaño para mí, no poder definirme por mis gentilicios de: LAGUEÑA, MALAGUEÑA y ESPAÑOLA.

No pido los de "andaluciña" y "europeiña", porque eso sería entrar en otras competencias lingüísticas.




Amalia Díaz Martín







1 comentario:

  1. Interesante, divertido, original y, en el fondo, reivindicativo y añorante.

    Muy bueno lo tuyo, Amalia.

    Tomás

    ResponderEliminar

Por favor: Se ruega no utilizar palabras soeces ni insultos ni blasfemias, así todo irá sobre ruedas.
Reservado el derecho de admisión para comentarios.

Buscar