La Magia de la Literatura

Texto leído por Mayte Tudea en la presentación del libro "Experiencias en Creación Literaria"

Esta mañana, ha tenido lugar en el salón de Grados de la Facultad de Económicas, la presentación del libro "Experiencias en Creación Literaria"; libro en el que han participado los alumnos del curso de Literatura del año 2006/2007 del Aula de Mayores y que ha sido editado por la Universidad de Málaga. La Vicerrectora de Bienestar Social e Igualdad, Teresa Prieto, la Directora Isabel María Morales, y el Catedrático Ricardo Redoli Morales, han intervenido en dicha presentación. Al finalizar el acto, se ha hecho entrega de un ejemplar a cada alumno e igualmente a los asistentes.

Incluyo una pequeña reflexión del origen de este libro, -que no fue otro que las clases de Literatura del primer curso con el profesor Redoli-, clases en las que en mi caso llevo asistiendo durante tres años, y gracias a lo que he aprendido en ellas, me enfrento ahora con soltura y sin corsés al reto que supone llenar un papel en blanco de ideas, reflexiones, sentimientos, incluso desahogos, y además, disfrutar plenamente mientras lo hago.

Sólo pido que me dure mucho.

LA MAGIA DE LA LITERATURA

Érase una vez un grupo de personas de similar edad, -rondaban la juvenil sesentena-, de distinto sexo -aunque en su mayoría pertenecían al femenino-, de diferentes orígenes, personalidades y apariencias, y, sin embargo, con una afición común: el amor a la literatura.

Y hete aquí que ese grupo de personas confluyeron en una misma clase y en un mismo curso -un Taller de Literatura de reciente creación-, con un profesor inmerso también en el ímpetu de los sesenta, avezado combatiente en el campo de batalla de la enseñanza, y dominador del juego escénico que cada martes y cada jueves desarrollaba ante un alumnado entregado y hambriento, que absorbía con verdadera fruición todos los saberes literarios que iba desgranando ante ellos, mezclando conocimiento y amenidad, erudición y divertimento.

Clases que se desarrollaron en un aula destartalada y fría, clases que en su mayoría se prolongaban durante dos horas y cuarto de modo ininterrumpido y, no obstante, sabían a poco, aunque dejaban a los alumnos con un agradable gusto en los labios. Clases en las que flotaba una especie de magia, de encantamiento, compartido no sólo por los alumnos, si no también por el profesor. Y mis compañeros –en cuyo nombre hablo-, pueden dar fe de todo cuanto digo.

Y aquél grupo de bisoños, torpes en un principio, temerosos de expresarse y de expresar ante el profesor y sus compañeros todo cuanto eran capaces de imaginar y trasladar al papel, fue perdiendo el pudor y el temor al ridículo. Ante los dislocados títulos que el profesor Redoli proponía para que creáramos historias, y ante el reto que suponía plasmarlas, nos fuimos creciendo, desechando el miedo, y rompimos a escribir de tal modo, que aquella marea creadora estuvo a punto de ahogar a quien la impulsó.

Nosotros éramos cometas, y el profesor Redoli nos sujetaba con firmeza, e iba dándonos hilo, una por una, según conviniera, corrigiendo, rectificando el rumbo, pero siempre impulsándonos hacia arriba, para que alcanzáramos el punto más alto, el cénit.

Hubo relatos, poemas, obras de teatro, confesiones escritas, ripios humorísticos, y una pequeña parte de esa producción -quizá la más imperfecta por corresponder al primer curso-, es la que se recoge en este libro que se acaba de presentar. Libro que ha ideado, promovido y trabajado el profesor Redoli; un libro coral en el que hemos participado la mayoría de los alumnos, libro por el que me he venido peleando sin apenas tregua durante varios meses, y libro, que tras duro parto, ha visto al fin la luz gracias a la Vicerrectora de Bienestar Social e Igualdad, María Teresa Prieto, a su directora, Isabel María Morales, a Rosa de Pablos, la Jefa de servicio y hasta la secretaria, María José Palacios.

Desde aquí, nuestro agradecimiento por haber hecho tangible algo tan etéreo como lo que en su día creó nuestra imaginación, y que con su contacto y con su lectura, hoy nos hace sentirnos tan felices.

MAYTE TUDEA 17-Mayo-2009