Se presentó en la clase, algo turbado,
mientras sus vivos ojos observaban,
al grupo de personas que iniciaban
un examen sutil, aunque calmado.
Fue tomando las riendas suavemente,
y marcando el camino de experiencias
en la literatura, cuya ciencia,
domina con rigor harto elocuente.
Y entre la humorística y la lírica,
la amorosa, didáctica, y la mística,
la bélica, la épica y política,
y en su dura gramática, la erótica,
la mágica yo elijo sin dudar,
no en vano el profesor, es don Gaspar.
Esto que no pretende ser soneto,
no tiene otro interés que demostrar
toda la gratitud, todo el respeto,
que usted merece y que ha sabido dar.
Sepa que su talento es el objeto
de nuestra admiración y lealtad.
JUNIO 2009. MAYTE TUDEA
D. Gaspar no es un profesor, ni tu, querida amiga, una alumna.
ResponderEliminarEsos piropos versados te delatan.
Tú eres una discípula, porque él es, para tí un maestro.
¡Anda que no hay diferencia¡.
Te lo dice uno que fue maestro y terminó siendo profesor o casi..