Ludwig
van Beethoven (Bonn, 16 de diciembre de 1770- Viena, 26 de
marzo de 1827), fue un compositor, director de orquesta, pianista y profesor de
piano alemán. Es considerado uno de los compositores más importantes de la
historia de la música y su legado ha influido de forma decisiva en la evolución
posterior de este arte.
Beethoven estudió a
Johann Sebastian Bach, recibió clases de Wolfgang Amadeus Mozart y trabajó con
Joseph Haydn y con Antonio Salieri. Todos ellos influirán en sus años de
aprendizaje como intérprete, carrera que tendrá que interrumpir bruscamente a
consecuencia de la sordera que comenzó a afectarle a partir de 1796 y que desde
1815, le privó por completo de audición, entregándose por este motivo a una
febril actividad creadora.
Beethoven se convirtió en el primer artista y compositor
independiente de la historia de la música, gracias a la pensión anual que le
asignaron algunos de sus admiradores, como el archiduque Rudolf, el príncipe
Lobkwitz y el príncipe Kinsky, La
única condición que le pusieron fue no abandonar la ciudad de Viena, condición
que fue aceptada por el compositor.
No llegó a casarse
nunca, pero se le atribuyen varios romances, sobre todo entre damas de la
nobleza. Algunos desengaños amorosos le hicieron sufrir penalidades que unido a
su sordera, lo hicieron poco sociable.
Los últimos años de la
vida de Beethoven estuvieron marcados por la soledad y una progresiva
introspección, pese a lo cual prosiguió su labor compositiva creando sus obras
más impresionantes y avanzadas.
No cabe duda que, como compositor, señala un antes y un después en la historia de la música y refleja, quizá como ningún otro artista (a excepción del pintor español Francisco de Goya, contemporáneo suyo), no sólo el cambio entre el gusto clásico y su formalismo y el romántico y su subjetivismo, sino también entre el Antiguo Régimen y la nueva situación social y política surgida de la Revolución Francesa.
Para Elisa
La popularísima “Para
Elisa”, pieza de corta duración y sin mayores pretensiones, fue compuesta en
1810 aunque no fue publicada hasta 40
años después de la muerte de Beethoven. Fue su discípulo Ludwig Nohl quien dio a
conocer en 1867 una copia que supuestamente había encontrado entre las pertenencias
de Therese Malfatti, una de las alumnas de Beethoven, a la que parece ser le
propuso matrimonio aunque con resultados adversos. Este documento se perdió, por lo que sólo sabemos lo
que Nohl contó.
Lo que se conserva de “Para Elisa” es una versión
incompleta, un boceto de la partitura en una hoja de papel. Este fragmento nos
ofrece una visión única del proceso creativo de Beethoven y subraya la
genialidad que le permitió componer obras que transcienden el tiempo.
La
identidad de la misteriosa “Elisa”, a la que se hace referencia en el título ha
sido objeto de especulación, pero nunca se ha afirmado con certeza quién fue la musa detrás de esta pieza
encantadora.
Aunque Nohl
había encontrado la copia en casa de Therese Malfati, la publicó con el título de "Para
Elisa", pues eso fue lo que creyó leer en los garabatos de Beethoven.
Siempre según Nohl, la copia estaba fechada en 1810, precisamente la época en
que el maestro había hecho proposición de matrimonio a Therese. De ahí a la leyenda había solo un paso: la
famosa pieza estaba dedicada a
Therese Malfati.
Se especuló que pudo haber sido un error
de comprensión de lectura, porque Beethoven no era especialmente prolijo para
escribir, y quizás Nohl leyó mal y en
vez de Elisa decía Theresa.
Estudios recientes señalan
que, también alrededor de 1810, el maestro mantuvo alguna correspondencia con
una tal Elizabeth Röckel, hija de un cantante amigo de Beethoven, de
participación destacada en la ópera Fidelio. La pieza se llama Für
Elise en alemán y a las Elizabeth alemanas se acostumbra llamarlas Elise.
La única certeza, hasta el
momento, es que de la obra solo se conserva (en la Beethoven-Haus, de
Bonn) una versión incompleta, un boceto en una hoja de papel que Beethoven
usaba para anotar sus ideas; data de 1810 y no lleva título.
Como probablemente sucedió con muchas obras
maestras que nunca fueron publicadas, Para Elisa parecía
estar destinada a formar parte de este conjunto invisible de piezas que nunca
conoceremos, y que por algún motivo que desconocemos, el autor decidió dejarla
inconclusa.
Nuni Yáñez y José Ramón Vega
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