13 diciembre 2024

LA OPINIÓN CRÍTICA DE UNA PELÍCULA

 

Los gustos personales son muy variados y siempre respetables. Si todo el mundo tuviese las mismas o similares preferencias, el caminar por esta nuestra existencia sería harto aburrida y cansina. Hablando de cine ¡bendito diálogo! podemos recurrir a decenas de temas, todos ellos interesantes y sugestivos. Uno de los más controvertidos es el nivel de información previa que nos agrada disponer, antes de visionar una película.

Las posturas al respecto pueden ser extremadamente contrastadas. Unos mantienen la opinión de que lo mejor es llevar la mayor información posible, no sólo argumental, sino también del soporte crítico especializado o aficionado.  Por el contrario, otros prefieren conocer lo mínimo posible de esa cinta que se disponen a visionar. Para ellos, el factor sorpresa siempre es sugerente y atractivo. Incluso la cita o “cinta a ciegas” tiene sus incentivos, por esa emoción innata acerca de “a ver qué nos van a poner en pantalla”. Resulta obvio y razonable de que el “extremismo” opcional tiene fundamentales inconvenientes. Por ello es más inteligente ubicarse en esa lúcida centralidad, equidistante entre los dos polos opuestos.


Un aspecto que resulta indiscutible se refiere a que el final de una historia o argumento no debe ser “descubierto”. En absoluto se debe “contar” (ni poco ni mucho) antes de terminar el visionado. Es sugestivo descubrirlo y si nos genera una gran sorpresa, pues mucho mejor. Bueno es recordar esa desafortunada broma escenificada entre los aficionados que aguardan cola en el cine, antes de entrar en la sala de proyección o ante la taquilla de la venta de localidades. En ese momento, uno de los espectadores que abandona la sala, tras haber visto la película, proclama a viva voz esa frase “diabólica” de ¡el asesino es …! Entonces los infortunados integrantes de la fila de espera, tras conocer el desenlace, apetecerían “asesinar” al bromista o innoble transmisor de ese final que nadie ha preguntado. ¿El asesino somos todos! gritan al unísono los defraudados espectadores de la siguiente sesión.

Sin embargo, parece razonable y necesario ir al cine llevando una información “básica” acerca a de lo que vamos a ver. Esos datos fundamentales pueden ser, lógicamente, el título, el género cinematográfico, la nacionalidad, el director y los principales intérpretes. Junto a esta información, conocer unos trazos estructurales acerca del planteamiento argumental. Otros aficionados al cine añadirán lo importante que es conocer “algo” de lo que la crítica especializada o aficionada ha dicho acerca de film que se va a proyectar en pantalla.  Esas opiniones aparecen publicadas en las páginas de mayor prestigio sobre cine, en la prensa tanto escrita como radiofónica. Una vez más hay que resaltar la valiosa labor que realiza, esa página web de Internet denominada FilmAffinity. Por supuesto que no hay que tomar esas valoraciones críticas “al pie de la letra”, sino sólo como orientación o sugerencia, para la mejor elección. Son opiniones, no dogmas de fe. Y en este punto, cabe preguntarse ¿cuál debe ser el camino a seguir, más adecuado o conveniente, a la hora de hacer una buena crítica cinematográfica?


Hay aficionados al cine, con una capacidad de concentración admirable. Pero el común de los mortales no posee tanta agudeza para captar y fijar todos los detalles. En este sentido, una de las primeras premisas para realizar una buena crítica consiste en visionar la película más de una vez. Y no tiene que ser un visionado continuo y repetitivo, sino que se puede realizar en dos o más momentos distanciados en el tiempo. Es una evidencia de que en un segundo visionado se captan multitud de detalles, que han pasado inadvertidos en un primer pase de la historia filmada. 

Es también aconsejable evitar acudir al cine o a la grabación con ideas demasiado preconcebidas. El plano de la objetividad es un fin al que nunca debemos renunciar, por muchos “doctores” que se hayan pronunciado sobre la cinta.

Resulta útil disponer de una libreta y bolígrafo a mano, a fin de ir realizando determinadas anotaciones, paralelamente al visionado. En una sala oscura de cine es complicado hacerlo, todo lo contrario de cuando vemos la película en casa. Pulsando la tecla espaciadora, la imagen se detiene, se “congela” fija en la pantalla del monitor. Además, se puede realizar el tradicional efecto “moviola” -adelante, atrás- con la ventaja de repetir, repasar, detalles, planos, frases, o escribir sugerencias acerca de lo que se está contemplando.

Una buena crítica no debe descubrir o “destripar” todo el argumento. No se debe privar al espectador de su capacidad y placer de descubrir la trama narrada. Debe ser pre-condicionado lo menos posible. Sólo facilitarle unos trazos o pinceladas introductorias acerca de la obra que posiblemente vaya a visionar y disfrutar.

Bueno será contextualizar previamente datos o informaciones con respecto a la película que analizamos, para mejor empatizar con la narrativa. El trabajo de documentación previa a la redacción de la crítica resulta útil y muy conveniente para nuestro objetivo de realización crítica. La ayuda del buscador universal GOOGLE es insoslayable.

Si la película genera valores, parece obvio, hay que ofrecérselos al paciente lector de la opinión crítica que realizamos.  ¿Qué nos enseña, qué aprendemos, en lo positivo, tras esos 90 o más minutos de metraje?

Hay que ser honestos. Si la película no nos ha gustado, si consideramos y justificamos que hay aspectos de la trama que no están bien narrados o trabados, hay que decirlo.  Aunque firme la dirección o la interpretación alguna “figura mítica o sacrosanta” del celuloide. Parece lógico que uno de los trascendentes objetivos de ir al cine sea el disfrutar de historias, que amplían y enriquecen nuestro modesto y rutinario microcosmos vital. Disfrutamos, aprendemos, nos “evadimos”, reflexionamos, cambiamos, mejoramos. Es el mundo infinito de la gran pantalla. Es la magia del cine.


José L. Casado Toro

Diciembre 2024

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor: Se ruega no utilizar palabras soeces ni insultos ni blasfemias, así todo irá sobre ruedas.
Reservado el derecho de admisión para comentarios.

Buscar