Se trata de una antigua, pero siempre
activa polémica, “mil” veces tratada entre los críticos y especialistas
cinematográficos, además de todos los cinéfilos y buenos aficionados a la magia
espectacular del cine. Partimos de una difícil disyunción como pregunta: ¿películas “dobladas” al idioma patrio o cintas en V.O.S. versiones originales subtituladas?
A favor de una u otra opción aparecen
postura legítimamente contrapuestas. Las argumentaciones no son en absoluto
complicadas. Entre los primeros, la principal defensa de sus preferencias
radica en el cansancio que tendrían que soportar, al tener que ir leyendo, de
continuo, los subtítulos que hacen y permiten entender la lengua o el idioma
utilizado (normalmente el inglés o el francés). Añaden, para sustentar mejor su
postura, que en no pocas películas los subtítulos no están bien grabados (en
tamaño y color) cuando aparecen en la parte inferior de la pantalla. Y
completan su razonamiento indicando (muchas veces con veracidad) que los textos
traducidos aparecen y desaparecen con tanta rapidez que materialmente no da
tiempo a completar su lectura. Todo ello lo resumen, coloquialmente, con una
frase que “lo dice todo": “yo no voy al cine
para leer”. Por supuesto, depende lo que cada uno entienda por “leer”.
Los que piensan en contrario, defienden
que siempre es mejor escuchar la voz original de los actores protagonistas, con
sus matices y giros orales, pues así se entiende mejor lo que interpretan. Resulta
más verosímil y empática su actuación cuando se aplica su propio lenguaje.
Explican que muchos doblajes resultan artificiosos, mecanicistas, faltos de
“alma” y naturalidad. En otras palabras, están deficientemente realizados,
semántica, gramatical y anímicamente. Se entiende mejor la escenificación de
los argumentos, escuchando y asimilando las voces originales y propias de los
actores. Y así continúa la polémica, de difícil solución, entre los “pro o anti”
doblajes de las películas.
Por fortuna, en cada ciudad o capital
española, suele haber alguna sala de cine que
mantiene “con firmeza” la proyección de los filmes
en V.O.S. gesto que muchos espectadores agradecen a los gestores
empresariales de esas salas cinematográficas. De esta fácil forma, nos
acostumbramos a reconocer las voces originales de los grandes actores y
actrices, evitando caer en la cómica e infantil postura de pensar o creer que los
famosos intérpretes extranjeros tienen esa voz española que siempre aparece en
sus películas, pues hay dobladores que se especializan a prestar siempre su voz
a esos famosos intérpretes. Lo cómico del caso es que, después, esos
espectadores comprueban que dos actores diferentes tienen la misma voz
“española” o aún más ridícula resulta su decepción cuando algunos de esos
actores foráneos visitan nuestro país y se expresan a través de la radio o la
televisión con su propia y lógica voz (que ahora los espectadores no entienden,
a no ser que se la traduzcan).
Este comentario viene a cuento de la
película finlandesa, cuyo visionado recomendamos para este fin de semana. Nos
estamos refiriendo a la cinta titulada FALLEN
LEAVES (hojas caídas, hojas
otoñales) producción del 2023, dirigida por el afamado AKI KAURISMAKI (Finlandia, 1957) quien también
escribe el guion. Esta bella, reflexiva película, con una gran psicología de
caracteres, recibió el premio del jurado en el pasado y prestigioso festival de
Cannes. También ha merecido numerosas nominaciones, para otros premios y
certámenes. Disponemos de la versión “dudosamente” doblada de la película.
Cuando escuchamos hablar a los dos principales protagonistas ANSA (Alma Poysti, 1981) y HOLAPPA (Jussi Vatanen, 1978) nos produce una sensación de notable
extrañeza su dicción, haciéndonos esa pregunta de “¿así de “cortante”, “seco”,
frío”, hosco, “inexpresivo”, serio, conciso, es la forma de lenguaje utilizada
en ese frío país nórdico (Finlandia), o es el estilo y la voz del actor de
doblaje que ha intervenido en la versión española? En este último caso está
“vendiendo” una austera e incluso desagradable o incómoda forma de expresión
que, en modo alguno se corresponde con la original
Se puede localizar el traíler de esta producción en You Tube que, por fortuna lo ofrecen en lengua
finlandesa. Su duración es sólo 1,28 m. y obviamente está subtitulado. Al menos
ahí podemos escuchar las verdaderas voces de Alma y Holappa, que resultan algo
más dulces, naturales y humanas, en las escasas palabras o frases que
pronuncian.
En uno y otro caso, llegamos a la
conclusión de que el carácter de los ciudadanos
finlandeses es un tanto diferente que el que hemos conocido en las personas
inglesas, francesas y, sobre todo, mediterráneas, como los italianos y los
españoles. Y dentro del ser hispano, la forma de hablar y de expresarse en
Andalucía. Tal vez esta forma de expresarse por parte del finlandés esté más
cerca de lo germánico que de las latitudes más meridionales en la esfera
terrestre.
Argumentalmente el guionista y director
nos cuenta una sencilla, hermosa y triste historia de amor entre dos seres
solitarios, muy modestos en su economía, que buscan el grato e inexcusable calor
del amor. Uno de ellos salva a su pareja de la persistente adicción al alcohol,
uniendo, finalmente sus respectivas y duras soledades en ese difícil caminar por
la infortunada e incómoda suerte que les ha correspondido, en estas sus
oportunidades vitales. Nos preguntamos, volviendo al argumento que se nos
narra, ¿Ansa y Holappa carecen totalmente de familia?
Cuando te compras el DVD de Fallen Leaves, el problema
del sonido lo tienes resuelto. El DVD te permite elegir el idioma y los subtítulos
que libremente desees. Algunas plataformas de Streaming hacen posible la opción
del idioma y los subtítulos, siempre a los asociados a la misma.
Por cierto, las versiones con sonido
original también ayudan al aprendizaje de
muchos vocablos y formas expresivas, en ese inglés universal que hoy domina la
comunicación entre los humanos. -
José
L. Casado Toro
Mayo
2024
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