Artículo de José Luis Guil Guerrero, Catedrático de
Tecnología de Alimentos, Universidad de Almería. Publicado en la revista
digital The Conversation.
¿Alguna vez has mirado con atención la
semilla de un dátil? En el Corán, Alá menciona las diversas partes de esta
semilla –el ‘qiṭmīr’, el ‘fatīl’ y el ‘naqīr’– para ilustrar sus áreas
más energéticas. La próxima vez que rompas el ayuno de Ramadán comiendo
dátiles, no tires el hueso apresuradamente. Míralo bien, recuerda las suras que
lo mencionan, y la pequeña semilla sostenida entre tus dedos te ayudará a tener
una sensación de tranquilidad y devoción que solo puede surgir tras reflexionar
sobre los versos del Corán.
Este consejo místico, con el que se alecciona a los
practicantes musulmanes a meditar en torno a la humilde semilla (o “hueso”,
coloquialmente hablando) del dátil, nos hace reparar en el valor intrínseco de
tantos residuos alimentarios que descartamos a diario sin considerar su
potencial valor nutricional y terapéutico.
Aprovecharlos
y transformarlos adecuadamente no solo contribuiría a la sostenibilidad
ambiental, reduciendo la emisión de gases de efecto
invernadero y la contaminación del agua, sino que también podría generar
sustanciales ingresos a agricultores y empresas
agroalimentarias.
Sabemos
que muchos subproductos alimentarios contienen nutrientes valiosos y compuestos
bioactivos que pueden ser recuperados para su uso en la alimentación
animal o incluso humana. Y este es precisamente el caso de la semilla de
palma datilera, un recurso excepcional en cuanto a sus potenciales
aplicaciones.
Un amplio abanico de usos tradicionales
En
su zona de origen, estas semillas se han usado como forraje para alimentar animales
de granja (camellos, caballos, ovejas y cabras). Para ello, se sumergen en agua
antes de ser utilizadas.
También
les han encontrado no pocas utilidades como materia prima. Junto con otras
partes de la palma datilera, constituyen un apreciado combustible casero, y
combinadas con subproductos de maíz, se emplean en el norte de África para
fabricar tableros aislantes. Su aceite, de color amarillo verdoso, es aprovechado
para elaborar jabones y productos cosméticos.
Y
por si fuera poco, tras ser secadas, tostadas y molidas, con el polvo
resultante se elabora un producto similar al café, pero libre de cafeína y muy aromático.
Cóctel de nutrientes
Al
margen de estos usos tradicionales, estas semillas se han revelado como una
fuente valiosa de nutrientes que podrían aportar beneficios significativos para
la salud humana. Aunque consumidas en menor medida que la pulpa, son una
excelente fuente de energía debido a su significativo contenido de grasas
“buenas”, proteínas y carbohidratos complejos.
Vayamos
por partes. En primer lugar, su grasa –si bien constituye una pequeña
proporción del peso total– es de naturaleza saludable. Los ácidos grasos más
abundantes contenidos en las semillas de dátil pertenecen al grupo de cadena corta (proporcionan energía rápida),
aunque también contienen otros de cadena larga: ácidos oleico (omega-9) y
linoleico (omega-6). Ambos son conocidos por sus beneficios para la salud
cardiovascular y su contribución al equilibrio lipídico.
En
segundo lugar, las semillas de palma datilera contienen en torno al 9-10 %
de proteínas. Estas incluyen una amplia variedad de aminoácidos
esenciales,
compuestos indispensables para la renovación y mantenimiento adecuado de todas
las estructuras corporales.
Su
óptimo valor nutricional también se basa en su contenido en fibra dietética, cuya ingesta ayuda a mantener a raya
enfermedades como diabetes, hipercolesterolemia, hiperlipidemia, hipertensión,
enfermedad coronaria y obesidad. Hay, adicionalmente, claras evidencias de que
su fibra dietética podría tener un importante uso terapéutico contra los cánceres de próstata y
testículo.
Por
último, los huesos de dátil constituyen una fuente significativa de
minerales esenciales como
potasio, magnesio, fósforo, zinc y calcio. Estos nutrientes desempeñan un papel
crucial en el mantenimiento de la salud ósea y la función muscular, así como en
la regulación de la presión arterial.
Alta bioactividad
Pero
es que, además de los nutrientes básicos, estas semillas contienen compuestos
bioactivos, cuya ingesta conlleva abundantes beneficios. Entre ellos, destacan los compuestos fenólicos, de alto potencial antioxidante.
Consumirlos puede ayudar a combatir el estrés oxidativo en el organismo y
reducir así el riesgo de enfermedades crónicas derivadas de procesos
inflamatorios, como la hipertensión, el cáncer o las dolencias cardiovasculares
y neurodegenerativas.
Por
otro lado, existe una amplia gama de bioactividades inherentes a las semillas
tratadas. Tanto su actividad antioxidante –eliminadora de radicales libres–,
como antibacteriana es notable, según se ha demostrado tras analizar
once variedades de palma datilera.
Infusión contra el alzhéimer
Y,
recientemente, se ha descubierto que la antes citada infusión de semilla de
dátil, rica en flavonoides, ejerce un efecto antialzhéimer superior
al del café.
Esta bebida reduciría la producción de proteínas Aβ, que es el componente
principal de las placas amiloides, los depósitos extracelulares encontrados en
el cerebro de las personas con alzhéimer. Se recomienda hacer estudios más
detallados para saber si consumirla regularmente puede retrasar la progresión
de esta enfermedad en personas vulnerables o en las primeras etapas de la
dolencia.
En
definitiva, cuando coma dátiles, antes de arrojar las semillas distraídamente
al cubo de la basura, sostenga una de ellas unos segundos entre los dedos y
medite en torno al potencial nutricional y saludable que desaprovechamos a
diario en forma de desperdicios alimentarios.
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