CERRÉ MI PUERTA AL MUNDO
Se me perdió la carne por el sueño.
Me quedé interno, mágico, invisible,
desnudo como un ciego.
Lleno hasta el mismo borde de los ojos
me iluminé por dentro.
Trémulo, transparente,
Me quedé sobre el viento.
Igual que un vaso limpio de agua pura,
Como un ángel de vidrio
en un espejo.
EMILIO PRADOS. Marzo 1899—abril 1962.
Nace en Málaga. A los quince años obtiene una plaza en la Residencia de
Estudiantes en Madrid, en el grupo de niños, donde conoce a Juan Ramón Jiménez.
En 1918 se incorpora al grupo en el que se gestó la generación del 27. García Lora, Luis Buñuel, Salvador Dalí y otros.
En ese fecundo caldo de cultivo, punto convergente de las ideas vanguardistas e
intelectuales del momento, se desarrolla su vocación como escritor.
En 1921 se agrava la enfermedad pulmonar que padece desde la infancia e
ingresa en un sanatorio en Suiza. En Friburgo y Berlín cursa estudios de
Filosofía. En 1924 regresa a Málaga. Aquí, junto a su amigo Manuel Altolaguirre
edita la revista Litoral.
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