El día 23 de Octubre teníamos prevista,
dentro de las actividades de este trimestre, una excursión al pueblo de Zuheros
situado en la provincia de Córdoba. Lo elegimos por estar considerado como uno
de los diez pueblos más bonitos de Andalucía y no haberlo visitado nunca.
A las ocho de
la mañana, con puntualidad, salimos los dos autobuses hacia el destino
programado. La primera parada la hicimos en La Dehesa para el desayuno.
Solíamos recalar en este restaurante con bastante frecuencia antes de la
pandemia y siempre que el recorrido lo permitía.
Allí nos sirvieron café de puchero, vienas de gran tamaño tostadas
y calentitas, y el aceite, tomate, mantequilla, mermelada, más la zurrapa,
blanca o colorá que también nos
ofrecieron. Además de un servicio agradable. Y ya con el estómago satisfecho
enfilamos la marcha hacia Zuheros.
Hacía una temperatura bastante fresca
cuando llegamos, y un día radiante. Nos dividimos en dos grupos con los
correspondientes guías y comenzamos el recorrido por el pueblo. Fachadas blancas
y bien cuidadas, armonía en la altura de los edificios —solo de dos plantas—, y
un museo que aglutina innumerables objetos típicos que muestran las costumbres
y los usos de la zona: desde una botica encantadora, utensilios de cocina, de
labranza, aperos diversos, estancias amuebladas en estilo antiguo, hasta un
sinfín de máquinas diversas, entre ellas varias para escribir. Resultó
interesante la visita.
Caminamos por sus calles hasta
desembocar en el castillo, en parte reconstruido, y desde allí pudimos divisar
la magnífica panorámica de un extenso valle de olivos. Muy cerca de él un
pequeño museo prehistórico, que también visitamos.
Sobre las dos de la tarde retomamos los
autobuses y nos dirigimos para el almuerzo al pueblo cercano de Doña Mencía. En
el hotel, de construcción reciente, y en un amplio comedor, bien ventilado, nos
sirvieron una espléndida y abundante comida.
Terminada esta, casi las cinco de la
tarde, nos dirigimos hacia Antequera e hicimos una breve parada (tres cuartos
de hora) para tomar café, y los que quisieron, comprar las delicias dulces que
se elaboran en esta ciudad. Y desde allí regresamos a Málaga cerca de las ocho
de la tarde.
La opinión general es que la excursión
resultó un éxito. Todos los compañeros lo comentaron. Buen ambiente, buena
compañía, buenos alimentos y en especial, el agradable reencuentro entre los
socios después de tanto tiempo sin vernos.
El pueblo de Zuheros tiene su encanto,
pero yo no lo calificaría entre los diez más bonitos de Andalucía. Sin embargo,
el propósito que teníamos al realizar esta excursión se vio cumplido
totalmente. Y no era otro que el de un día de confraternización entre los
compañeros, hambrientos como estábamos de ello, y disfrutar en armonía de las
charlas, las risas y el intercambio de
ideas y de conocimientos, amén de compartir fotografías, una tarea en la que
afanan muchos de de los nuestros.
Con la idea de volver a repetir este
tipo de salidas, os mando un saludo afectuoso.
Mayte
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