Artículo escrito por Eugenio Nasarre publicado
en el diario El País
El
cambio de modelo energético es una gran oportunidad para España. Hemos vivido
un modelo, desde la revolución industrial, substancialmente basado en los
combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural). Pero ni teníamos
petróleo, ni gas natural y el carbón se fue haciendo cada vez más pobre. En
cambio, en el nuevo modelo, sustentado en las energías renovables, el viento de la
historia sopla en favor de España. Tenemos espacio, sol, aire y mar en
abundancia, los elementos de las energías limpias. Además, hay empresas
españolas punteras en esta materia. Estamos en las mejores condiciones para
ponernos en la vanguardia de la implantación del nuevo modelo energético.
Podemos y debemos ser ambiciosos.
El
Pacto Verde Europeo, incluido en la Next Generation EU, establece un plan de
acción para caminar hacia una economía limpia y circular, restaurar la
biodiversidad y reducir la contaminación, con unos compromisos concretos y
exigentes para la Unión Europea y sus Estados miembros. El Pacto Verde es bueno
para Europa con la finalidad de lograr una economía climáticamente neutra en
2050. Pero es especialmente bueno para España, porque nos permite estar en la
primera línea de esta transición.
En
el marco de la preparación del programa español de la Next Generation se están
poniendo ya en marcha interesantes iniciativas sobre la ampliación de las
instalaciones de energía fotovoltaica, eólica terrestre y marina, termosolar y
de biomasa. También se están preparando planes en materia de transportes.
Parece que, efectivamente, nos estamos poniendo las pilas.
Pero
sobre los árboles veo un espeso silencio. Nadie habla de ellos. Son los grandes
olvidados. Y disponer de masa forestal es esencial para la disminución del CO₂,
para preservar la biodiversidad, para producir biomasa, para combatir el cambio
climático y la desertización. Creo que tenemos que hablar de los árboles e
incluirlos en nuestros programas del Pacto Verde.
La
ampliación de la masa forestal en nuestro territorio debería
plantearse como un objetivo prioritario. Hoy los bosques en España ocupan 18
millones de hectáreas con 7.500 millones de árboles. Representan el 36% de la
superficie nacional. Es verdad que en los últimos decenios la masa forestal ha
aumentado. La democracia no le ha ido mal a los bosques. Pero sigue habiendo
inmensos espacios de tierras susceptibles de convertirse en masa forestal.
Deberíamos proponernos un programa de forestación de dos millones de hectáreas
con la finalidad de plantar 1.000 millones de árboles en un plazo de diez años.
Con tal programa la superficie de masa forestal alcanzaría el 40% del
territorio nacional. Me parece un objetivo ambicioso pero factible. Supondría
una inversión total aproximada de 6.000 millones de euros.
Debería
ser un programa nacional con la colaboración de las Comunidades Autónomas,
Municipios y participación de la iniciativa privada. Disponemos de excelentes
ingenieros de montes para diseñarlo y ejecutarlo. La llamada “España vacía”
sería especialmente beneficiada. Generaría miles de puestos de trabajo en la España rural.
Enriquecería substancialmente el patrimonio natural de España. Aumentaría las
posibilidades de utilizar la biomasa como fuente de energía. Nos convertiría,
holgadamente, en el segundo país de Europa, detrás de Suecia, en superficie
forestal.
No
debemos desaprovechar las oportunidades que nos ofrece este particular momento
histórico de reconstrucción y relanzamiento. Olvidarse de los árboles, cuando
estamos empeñados en el Pacto Verde, me parecería una torpeza miope. Un sabio
proverbio chino dice: “el mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años.
El segundo momento es ahora”.
Eugenio
Nasarre es vicepresidente del Movimiento Europeo de España.
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