22 junio 2021

EL NACIMIENTO DE VENUS DE BOTTICELLI

 



Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, apodado Sandro Botticelli (Florencia 1 de Marzo de 1445 - Florencia,17de mayo de 1510), fue un pintor del Quattrocento italiano.

“Botticelli” que significa botijo o tonel, parecer ser que era el apodo con que era conocido su hermano mayor, y que él heredó, sin que se sepa si era debido a su gordura o porque era un gran bebedor; otros autores piensan que viene porque uno de sus hermanos era orfebre (batigello en florentino).

Fue el pintor favorito de la Corte de Lorenzo de Médicis, en un momento de fundamental importancia para el florecimiento de las artes en la Florencia del siglo XV, conocido como la “Edad de Oro florentina”. Botticelli pintó para el papa Sixto IV en Roma y para las principales familias florentinas, siendo muy admirado por sus contemporáneos. Ludovico el Moro, en 1485, lo calificó como “pintor excelentísimo en tabla y pared”.

Cuentan de él que murió enfermo y decrépito, en una pobreza rayana en la mendicidad. Aunque ganó muchísimo dinero con sus obras, como era desordenado y derrochador, lo perdió todo. Si Lorenzo de Médicis, para quien había pintado muchas obras, sus amigos y numerosas personas que apreciaban su mérito no lo hubieran ayudado, casi habría muerto de hambre.

Su estilo no busca el naturalismo, inclinándose más bien por la delicadeza y la gracia. Quizás por ello se le daban tan bien los retratos femeninos, sobre todo sus madonnas y diosas mitológicas.  De todas formas no descuida el dominio de la perspectiva, una sobresaliente aplicación del color y su magnífica obtención de volúmenes.

Protegido de los Medici, Botticelli fue estimulado para que pintara los mitos de la antigüedad, alegorías paganas y demás novedosas temáticas. En esa época, pintar obras de gran formato que no fueran de religión eran toda una novedad, por lo que Botticelli fue uno de los primeros artistas en hacerlo, gozando de gran prestigio que quizás no tendría la veneración posterior de otros maestros del quattrocento.

En los siglos XVII y XVIII no fue bien tratado por la crítica, que lo consideraba buen pintor pero extravagante, raro e inquieto, siendo su obra muy desvalorizada. Después de un olvido centenario, es recuperado para el gusto moderno a raíz de una exposición de sus pinturas en la Galería de los Uffizi a principios del siglo XIX. 

A partir de este momento y gracias a una serie de estudios de John Ruskin, Dante Gabriel Rosetti y sobre todo del crítico literario Walter Horatio Pater, devolvieron al pintor la grandeza que alcanzó en vida.

El arte de Botticelli alcanza la plenitud con El nacimiento de Venus.

Este cuadro fue pintado entre los años 1482 y 1485, en pleno contexto histórico del Renacimiento. La obra, en temple sobre lienzo, mide aproximadamente 1,80 metros de alto y 2,75 metros de largo y se encuentra actualmente en el Museo Uffizi en Florencia.

Es uno de los primeros desnudos de tema pagano que se dan en la pintura, aunque Venus se tapa púdicamente el pubis y los pechos.

Botticelli recibió de Lorenzo Pierfrancesco de Médicis el encargo de representar la historia del nacimiento de esta diosa.

Cuenta el mito que Saturno (Cronos), dios del tiempo, desgarra y lanza los genitales de su padre Caelos (Urano), lo que fertiliza el mar. El roce de la espuma engendra a Venus que, con la ayuda del viento, es transportada hasta las orillas de la isla de Chipre en una concha marina. Allí, es llevada por ‘las Horas’ al lugar de los ‘Inmortales’.

Desde el punto de vista iconográfico, los personajes que aparecen en el lienzo son Venus, Céfiro, Cloris y la alegoría de las Horas.

Venus protagoniza el centro del cuadro, posando desnuda sobre una concha que la ha traído hasta la orilla; un cuello algo desproporcionado sostiene la cabeza que se inclina hacia la izquierda, mientras la cadera se dirige a la derecha su abundante melena tapa delicadamente sus “vergüenzas”.

A la izquierda del lienzo se encuentran Céfiro, dios del viento, y su mujer Cloris, diosa de las flores. Céfiro sopla sobre Venus y la lleva hasta una costa segura donde la espera una mujer. Se trata de una alusión alegórica a las Horas, las tres diosas de las estaciones.

El artista logra crear un modelo de belleza que acompañará a la humanidad hasta nuestros días. El Nacimiento de Venus de Botticelli es, de alguna forma, el nacimiento de una idea de feminidad dentro del arte renacentista.

Este cuadro fue famoso porque, desafiando las costumbres de su tiempo, legitimó la representación del desnudo femenino de cuerpo completo en el arte.

 

Amaduma


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