Hay momentos puntuales en la vida en los que una aprecia de
forma muy intensa lo que significa la palabra amistad y también la generosidad.
Precisamente, uno de esos momentos tuvo lugar el pasado viernes, día 18, en un
acogedor salón de La Casa del Libro, con motivo de la presentación que nuestro
filósofo y amigo Tomás Morales tuvo a bien hacer de mi novela “Frágiles
certezas”, publicada el pasado mes de Mayo.
Después
de haberla leído y además releído, Tomás supo trasladar a las personas que nos
acompañaban sus impresiones respecto al libro. Lo hizo con sabiduría y
amenidad, analizando de forma profunda la trama y los personajes que la
componen, pero sin “destripar” su contenido y mucho menos su desenlace. Su
doble interpretación -desde el lado humano y también del filosófico-, me
permitió a mí misma conocer algunos aspectos que yo no creí estaban implícitos
en la novela y que él ha sabido captar a la perfección.
Con
sus preguntas, también hizo de periodista incisivo intentando aclarar aún más
el origen y las circunstancias de este trabajo -que yo no considero así-,
porque para mí constituye solo un “divertimento” que me permite ejercitar las
neuronas. Y, además, fue excesivamente generoso con la que escribe, algo que
aunque no merezco, no puedo por menos de agradecer.
Resumiendo:
resultó un encuentro además de agradable, enriquecedor y las personas que nos
acompañaron disfrutaron y se alegraron de haber participado en él.
Gracias
a ti Tomás –siempre estoy en deuda contigo- y gracias a los amigos y también a
los desconocidos que asistieron.
Mayte
La amistad no tiene un techo. "Amistad" y "límite" son conceptos incompatibles. "Amistad limitada" y "límite amistoso" son conceptos contradictorios.
ResponderEliminar