25 octubre 2014

QUIERO SENTIRME BIEN


Si bien esto puede ser un deseo o aspiración, con todos los razonamientos, ciertamente tenemos que reconocer que es la mayor esperanza del ser humano. Nada nos lo debería impedir, pero todos sabemos que los años se nos van echando encima y no vienen solos.

En esta carrera de vivencias, avatares y semblanzas que forman nuestro “curriculumvitaefísico", no van a faltar aquellos episodios de salud que con el paso del tiempo vamos acumulando.

Nuestro cerebro, como ágil y certero “disco duro”, registrará todos estos acontecimientos y con mayor exactitud nos lo va a recordar en todas nuestras articulaciones a medida que pasa el tiempo. Se mostrará más o menos repetitivo, pero cansino, incómodo y doloroso como él sólo.

A ciertas edades -mi respeto por las muchas y por las pocas- la máquina que nos mueve y desplaza va presentando signos de herrumbre, si claro, es la artrosis, o con mayor grado, la artritis, la cual en circunstancias muy diversas nos irá marcando un camino muy distinto al realizado unos años atrás.

Si lo definimos mejor, "es la rueda del tiempo”, tiempo éste que nos marca y dirige, y si no tratamos de oponernos un poco, nos llevará por sendas desconocidas. Afortunadamente algo queda por hacer y esto puede ser factible si disfrutamos de una alimentación sana y una rutina de ejercicios físicos.

Con esta pauta ayudaremos a mantener una buena densidad en los huesos, coadyuvar a que el dolor de las articulaciones sea menor, evitar unos kilos de más y controlar mejor nuestro equilibro.

Está demostrado todo lo que he relatado hasta aquí, pues hay estudios muy rigurosos que los avalan.  Pero, ¿que nos pasa, que falla, que nos enseña la calle cada día con tantas personas gruesas, caderas y rodillas desviadas, tantas muletas, bastones y sillas de ruedas?... Yo diría que nos equivocamos en la alimentación y en la poca actividad. Los anglosajones nos ganan en todo esto, los vemos muy a menudo por nuestras calles, ágiles, vigorosos, llenos de vitalidad y sexagenarios o más, por supuesto.

Pero nosotros no, y por aquí por el Sur menos aún, nosotros somos como relataba Luís de Góngora (1.561-1627) en un fragmento de uno de sus poemas:

"Coma en dorada vajilla, al Príncipe mil cuidados como píldoras doradas, que yo en mi pobre mesilla quiero más una morcilla que en el asador reviente y ríase la gente".

Hablemos pues de movimientos, desde que nos levantamos "nuestra máquina corporal" ya está dispuesta, a partir de aquí "el puente de mando"  -cerebro- marcará la ruta de cada instante, a veces con exactitud programada, a veces según acontecimientos. ¿Qué nos puede impedir romper rutinas equivocadas? !la decisión! es sólo dar el primer paso. Merece la pena intentarlo.

Hay ejercicios para todo, aeróbicos, de destreza, de flexibilidad, de equilibrio, de resistencia; todos están diseñados para ejecutarlos con sentido común, ninguno será nocivo si se realiza con moderación. También es muy importante estar vigilados por nuestro médico.

Y hasta aquí es todo lo que se necesita para "sentirse bien", ahora en nuestro "cuaderno de bitácora"  habrá que escribir cómo vamos a comportarnos, yo voy a escribir lo que sigue:

"Hoy el día se presenta ante mí esperando a que yo le dé forma y aquí estoy,
soy el escultor. Lo que suceda hoy depende de mí,
yo debo escoger qué tipo de día voy a tener".


Que tengan un feliz día.
Juan Fernández Pacheco – Octubre  2.014







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