03 junio 2012

LA ESTIMABLE AYUDA DE UN PROFESIONAL

Supongamos que vamos a precisar los servicios de un profesional, sea de la actividad que sea, y que su trabajo pueda cumplir con nuestras necesidades para dejarnos satisfechos, pues bien, sabido es que desde esos momentos vamos a inclinarnos por depositarle toda nuestra confianza. Solicitar estos servicios a veces es difícil, si, previsiblemente, no vamos a recibir una buena asistencia.

Es de reconocer que no es lo mismo confiar en alguien como persona, que descansar en ella desde la perspectiva del desempeño como experto. Pensamos que es diferente pasar un buen rato con un amigo o amiga, que prestarnos para que ejerza su profesión, por consiguiente, debemos tener claro que la confiabilidad personal diferirá bastante con la puramente profesional.

CONFIANZA O FÉ

Confiar en alguien significa que dicha persona es creíble, igual que cuando deseamos que confíen en nosotros, también precisamos la misma reciprocidad. Es una oportunidad frecuente y no dudamos que este tipo de intercambio de instancias, sean por el contrario, -cuando las hacemos-, que estemos reclamando certidumbre porque igualmente vamos a tener fe en su trabajo.

Nos entregamos a las personas cuando han demostrado que son dignas de ello, sin embargo, llegamos a tenerle fe toda vez que han cautivado nuestra admiración. La fe se basa en creer lo que no se ha visto, de modo que, cuando alguien requiere confianza, también está aspirando a que tengan fe en lo que hace.

Todo es cuestión de confianza. Sin ella no podemos convivir. Toda nuestra existencia gira en torno a la confianza/desconfianza en los otros y también en nosotros mismos.


COMPROMISOS

Con mucha frecuencia nos reservamos depositar nuestra credulidad en alguien que aún no ha demostrado ser merecedor de ella. En los medios profesionales es muy sencillo saber en quién se puede confiar, conociendo los siguientes aspectos:

• si es competente en su área de trabajo y
• si cuenta con una buena experiencia.

Cuando precisamos estos servicios y sabemos que pueden haber varias alternativas, seguro que escogeremos aquel que su nivel y experiencia sea lo mas eficaz posible, tanto en el cumplimiento del ejercicio de su profesión cómo en la honestidad de su trabajo. Así sabremos que podemos depositar nuestra convicción en el elegido, porque es quien posee ambas cualidades y sus servicios serán idóneos.

Desde esta perspectiva aspiramos a recibir una buena ayuda y consejo en las asistencias solicitadas, de manera que nuestras demandas coincidirán con el perfil del experto selccionado. La mejor formación implica, no sólo estar bien preparados, sino ejercer con profesionalidad y seriedad.

CONCLUSIÓN

El mundo profesional ofrece, sin lugar a dudas, las mejores oportunidades a los más capacitados. Ser buenos en su especialidad y cumplir con las solicitudes de los demás es garantía de buenos resultados y sus atenciones son muy agradecidas.

Dichoso es aquel que mantiene una profesión que coincide con su afición.
George Bernard Shaw (1856-1950) Escritor irlandés

Juan Fernández Pacheco – Mayo 2.012


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