Mayte Tudea.22-Noviembre-2010
Volvíamos a Sevilla. Una ciudad, que aunque visitada en numerosas ocasiones siempre ofrece algo nuevo para ver, y aunque así no fuera, retornar a sus calles, a sus plazas, a sus edificios y monumentos, y al sabor y al “olor” especial que esta gran capital tiene, despierta los sentidos por su indudable atractivo y por su “duende”.
El último fin de semana se anunciaba con buen tiempo y solamente cumplió con la mitad de lo que prometía. Los días 13 y 14 de este mes de Noviembre, llevamos a cabo nuestro propósito de visitar la capital de Andalucía. El primer día, y a través de un recorrido por la Avenida de las Palmeras, nos permitió admirar los hermosos edificios que perduran de la Exposición Iberoamericana de 1929 (nada que ver con la desolada imagen que ofrece La Isla de La Cartuja y los restos que en ella quedan de la Exposición Universal de 1992); después realizamos un dilatado recorrido por la Plaza de España recientemente restaurada y plena de belleza; y más tarde, paseamos por el Parque de María Luisa y sus más recónditos rincones.
Nos detuvimos con la guía en la glorieta dedicada a Miguel de Cervantes y pudimos ver plasmados en una abundante exposición de azulejos, los pasajes más interesantes de El Quijote; a muy poca distancia admiramos el monumento al poeta Bécquer y las efigies en mármol dedicadas a las tres edades del amor.Hicimos una parada en el Palacio de San Telmo cuyas obras de restauración han quedado ya finalizadas, y nos sorprendimos ante la majestuosidad del imponente edificio. Es justo reconocer que nuestros políticos tienen buen gusto, y eligen los edificios más emblemáticos para instalarse.
Nos adentramos después en el popular Barrio de la Macarena y en la Basílica de la Virgen de la Esperanza Macarena, pudimos contemplar una de las imágenes más queridas por los sevillanos y el espléndido camerín.
Tras una panorámica de la ciudad regresamos al Hotel Giralda Catalonia, -por cierto, estupendo y muy céntrico- donde cenamos francamente bien. Mientras casi todos los hombres del grupo veían el partido de fútbol por televisión, los más inquietos nos adentramos en la noche sevillana y la disfrutamos.
El día 14 amaneció lloviendo, pero ello no impidió que se cumpliera totalmente el programa. Primero, un bello y sobrio edificio, la Real Fábrica de Tabaco, que ha sido reconvertido en Universidad; muy cercano a él, el Hotel Alfonso XIII, el más lujoso e importante de Sevilla; aproximándonos al río, la silueta característica de la Torre del Oro y desde allí nos dirigimos al Archivo de Indias, antigua Lonja de Contratación, una hermosa construcción de estilo herreriano en la que pudimos ver la exposición relativa a la piratería, aquella que atacaba a nuestros barcos y se apoderaba de las riquezas que traían del Nuevo Mundo.
Enfilamos hacia el Hospital de la Santa Caridad, levantado en su día por el famoso Don Miguel de Mañara -según las crónicas pecador empedernido-, quien al financiar este Hospital pretendía acumular méritos suficientes para hacerse merecedor de la vida eterna. No sabemos si lo consiguió. En el propio recinto, la Iglesia de San Jorge, donde se pueden admirar las pinturas de Murillo y de Valdés Leal que impresionan por su temática relacionada con la muerte y la cruda realidad con la que ésta se muestra.Y en un profundo cambio de tercio –nunca mejor dicho-, nos dirigimos hacia La Real Maestranza. Primero el albero, tan curioso con su forma ovalada. Sentados en las gradas –la lluvia nos permitió un ligero respiro-, la guía nos explicó la historia de tan famosa plaza de toros. Después la visita al Museo resultó de un gran interés.
Para “rematar la faena”, el Restaurante El Cabildo nos acogió con un ambiente cálido, y nos ofreció una más que aceptable comida. Tras los cafés y la sobremesa, nos enfrentamos de nuevo con la copiosa lluvia en el corto tramo que nos separaba del autobús. Y ya acomodados en él, iniciamos el camino de regreso, satisfechos de haber compartido con nuestros compañeros tan agradable fin de semana.Nuestro “bloguero mayor” Joaquín, puede completar esta información con algunas fotografías que captó nuestro también compañero Jose Imaz, quien además es un magnífico fotógrafo.
NOTAS de Joaquín García :
Un amplio reportaje de fotos cedidas por José Imaz pueden verse en el siguiente enlace :
También otro compañero de viaje Manuel Baleriola, comparte sus fotos con nosotros en la siguente dirección de Picasa que nos ha facilitado :
Así que nuestro agradecimiento a ambos y que las disfruteis.
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