04 enero 2010

EL FRANCÉS... A NUESTRO PESAR.


     
Estas reflexiones, convertidas en ripios, están directamente relacionadas con las alumnas/os del Taller de Literatura que durante dos cursos impartió para nosotros el profesor Don Ricardo Redoli de forma magistral. De aquel grupo inicial –que todavía permanece unido- han surgido poetas, escritores, y hasta autores de teatro, a pesar de que no estén considerados como profesionales. Algunos –muy pocos- venían con experiencia a sus espaldas, pero la mayoría éramos novatos, aunque eso sí, con una enorme afición y unas ganas tremendas de aprender.


El resultado de aquel aprendizaje se puede observar en las colaboraciones que aparecen, tanto en diversas revistas – la de Amaduma entre otras-, como en distintos blogs, y, de forma más completa, en el libro que impulsado por el profesor Redoli editó nuestra Universidad con el título de "Experiencias en Creación Literaria".


 Y si el profesor ha cambiado la Literatura por la Lengua Francesa ¡vamos a por el Francés! –"magré luí"-, como afirma él mismo. Y es que a falta de pan...¡buenas son tortas!



EL FRANCÉS A PALOS

No entraba en nuestros planes el francés,

mas por seguir los pasos del Maestro,

a dicha clase nos unimos presto,

aún flotando la sombra de un traspiés.


Él llena la pizarra como un rayo,

y la borra y la vuelve a completar,

insiste en la dicción sin un desmayo,

¡hasta incluye en su método el cantar!


Y yo observo a Maruchi desolada,

a Carmen muy metida en el ambiente,

a Celia entre asustada y sonriente,

y a María Eugenia toda despistada.


Maruja es aplicada, persistente,

María está perdida y ¡tan callada!,

Gracia parece bien acomodada,

y Gloria como impávida y ausente.


Amalia siempre atenta y reservada,

José María un tanto displicente,

a Pedro no lo siento ni presente,

y yo, sinceramente, ¡cabreada!


Sobre todo lo estoy con Nicolás,

¿por qué sabiendo tanto quiere más?


El "trío la bencina" lo componen,

tres ángeles de Charlie del revés,

aquellos que a las seis fuerzas reponen,

sus nombres son: Tomás, Ángel y Andrés.


No se me olvidan África y Raquel,

una, la más antigua, otra novata,

he estado a punto de meter la pata,

y dejarlas por fuera del papel.


Al resto de la clase no enumero,

ya que no tengo el gusto de saber,

ni sus nombres siquiera conocer,

y en esto lo segundo es lo primero.


Diré porqué me siento cabreada,

¡aquí juegan con cartas ya marcadas!


El profesor Redoli es quien procura,

aplicando su esfuerzo y su trabajo,

enseñarnos francés casi a destajo,

¡mientras soñamos con literatura!


Más estoy decidida a no rendirme,

e intentar a este carro, al fin, subirme.


Monsieur le professeur, que vous alliez,

Joyeaux, Joyeaux Noel, et bonne année.

 



MAYTE TUDEA.

17 Diciembre 2009

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