Ante
ti
Porque
siendo tú el mismo, eres distinto
y distante de todos los que miran
esa rosa de luz que viertes siempre
de tu cielo a tu mar, campo que amo.
Campo
mío, de amor nunca confeso;
de un amor recatado y pudoroso,
como virgen antigua que perdura
en mi cuerpo contiguo al tuyo eterno.
He
venido a quererte, a que me digas
tus palabras de mar y de palmeras;
tus molinos de lienzo que salobres
me refrescan la sed de tanto tiempo.
Me
abandono en tu mar, me dejo tuya
como darse hay que hacerlo para serte.
Si cerrara los ojos quedaría
hecha un ser y una voz: ahogada viva.
¿He
venido, y me fui; me iré mañana
y vendré como hoy…? ¿qué otra criatura
volverá para ti, para quedarse
o escaparse en tu luz hacia lo nunca?
Carmen
Conde Abellán, (Cartagena, 15 de agosto de 1907-
Majadahonda, 8 de enero de 1996), fue una poeta, prosista, dramaturga, y ensayista
española, considerada una de las voces más significativas de la generación del
27. Fue la primera académica de número de la Real Academia Española.
En
1967 la publicación de Obra poética 1929-1966 le valió el Premio
Nacional de Literatura. Paralelamente, y en ocasiones con la colaboración
de su marido, Carmen Conde escribió libros infantiles, por los que en 1987
recibió también el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.
Publicó asimismo varias novelas.
El
deseo amoroso-físico está presente a lo largo de su obra y el hecho de que en
ocasiones sea una mujer marca su poesía de una forma especial. Utilizará en sus
poemas un yo lírico ambiguo e incluso abstracto al igual que pronombres que
ocultan el género de los personajes, así, la noche, la sombra, el abismo, están
relacionados con el deseo prohibido.
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