Mis esperanzas se han visto
frustradas.
El Seny no ha vuelto a Cataluña.
La situación se ha agravado y no
sabemos cómo puede finalizar.
Cómo cada aficionado al futbol tiene
su selección, cada español tiene su solución para los problemas que se nos
presentan.
Yo voy a exponer la mía.
Es evidente que la Constitución
vigente, después de 40 años, no cumple las necesidades de la situación actual.
Se redactó con el acuerdo de los partidos políticos que entonces formaban el
Congreso y se tuvieron que hacer
cesiones por parte de todos para llegar a ese acuerdo. Por ello algunos
artículos, como los contenidos en el Título VIII, de las Autonomías, que ya
entonces presentaron problemas, han quedado obsoletos.
Competencias como Defensa, Justicia,
Educación y Sanidad, no deben ser transferidas, si queremos una verdadera
igualdad de todos los españoles.
El Presidente del Gobierno propondría
un acuerdo entre los partidos políticos, para llegar a redactar un texto que
contuviese una nueva redacción de los artículos que deben ser modificados.
Una vez redactado se propondría su
aprobación, en la forma que la actual Constitución tiene previsto para su
reforma.
Dada la actual composición de las
cámaras y el desgaste que el actual gobierno ha sufrido con la recesión
económica y el problema catalán, el Presidente debería anunciar que no se
presentaría a la reelección y que en la modificación de la Constitución se
incluyese la limitación de mandatos.
Todos los partidos tendrían que poner
el interés de España por encima del suyo y llegar a un acuerdo que nos llevase
a volver a una etapa, que nos permitiese vivir como ha sido hasta este momento.
En esa etapa fuimos capaces de superar un golpe de Estado y una crisis
económica. Entrar en la OTAN, en la Comunidad Europea y en el EURO, con
gobiernos de distinto signo.
En una época, también difícil, el
malagueño Cánovas del Castillo llegó con Sagasta, a un acuerdo que supuso una
etapa de tranquilidad, finalizada con el golpe de Estado de Primo de Rivera y
el advenimiento de la II República y la
Guerra Civil.
Esta también está a punto de
finalizar con el golpe de Estado en Cataluña.
Creo que no es una utopía y conseguiríamos que España no fuese, como dijo
Antonio Machado, la tierra de Caín.
José-Luis
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