29 abril 2016




                                                                         
TIEMPO GANADO
Esperanza Liñán Gálvez

Un señor recién jubilado acaba de llegar a la oficina de Correos para enviar unas revistas a un amigo de Valencia. El número que acaba de sacar del dispensador de turno es el 67 y van por el 56, así que no le queda otra que buscar un asiento libre y esperar. Mira el reloj de una forma mecánica, aunque en realidad no le importa la hora.
Los funcionarios se lo toman con calma y los pacientes usuarios empiezan a dejar de serlo. Entra un muchacho con el casco de la  moto en la mano, resopla, da media vuelta y se va.  Hay una madre joven meciendo el carrito del bebé porque el crío ha empezado a llorar desconsolado; tira el número al suelo y también se marcha. Una monja se agacha a recogerlo ajustándose la toca del hábito. Lo mira mientras acaricia las cuentas del rosario que le cuelga de la cintura; lo echa a la papelera y también se va.
Detrás de ella salen varias personas que, al parecer, tampoco pueden esperar su turno. Una tras otra se marchan maldiciendo en sordina sin haber hecho la gestión para la que habían venido.
Mira  alrededor y solo quedan dos abuelos octogenarios conversando animadamente de sus tiempos. El mismo que se han ganado después de muchos años de duro trabajo y que ahora pueden permitirse el lujo de perder o emplear en lo que quieran. Entonces se da cuenta de que él también disfruta de esa sensación única de vivir sin prisas el tiempo que antes le faltaba. ¿Hasta cuando? No lo sabe. Solo sabe que es un ahora que ignora su mañana. Y si no conoce ese mañana, para qué preocuparse ahora.






  


20 abril 2016

                                      EN HOMENAJE A CERVANTES 
    Amalia Diaz   
Dígote Sancho, que me siento vivo, muy vivo. Aunque rebasé los  cuatrocientos años, todavía poseo el pensamiento lúcido y fuerza en mis  palabras y en mi brazo para desfacer entuertos y socorrer a los desvalidos.
El día veinte y tres de Abril se cumple el cuarto aniversario del fallecimiento de mi padre, Don Miguel de Cervantes y… ¡válame  Dios! que no quiero pecar de  vanidad ni quitarles protagonismo a sus demás hijos, pero fui yo quien le hizo famoso en todo el mundo.
Venía de un largo cautiverio en Argel, y ya lo llamaban de El manco de Lepanto, cuando dicen que me engendró en la cárcel "un lugar donde toda incomodidad tiene asiento" según sus palabras.  Estaba preso en la de Sevilla, porque unos malandrines acusáronle de haber afanado para su coleto unos miles de reales cuando era recaudador de impuestos. ¡Ay Sancho,  aún no  sabíamos  qué nos trujerían los venideros siglos!
Como soy un  caballero precavido, cabal e ingenioso y agora se cometen las mesmas o más marrullerías que cuando íbamos por los caminos de la Mancha y Sierra Morena, ruégote Sancho, que  gobiernes la ínsula que voy a donarte con prudencia y justicia, que no la conviertas en un paraíso de esos que hay adonde los truhanes hacen mudanza de  los muchos dineros que róbanle  al pueblo.
Mi padre, El Príncipe de las letras españolas, a pesar de sus trabajos, de su ingenio y de la  gloria que yo le di, vivió en perpetua lacería. Aunque sus hijos sigamos dándoles pingües beneficio a editores, a  la SGAE y al Estado, a él no plugo otra recompensa que los laureles de la FAMA. Su FAMA, es quién ha posibilitado que cuatro siglos después de su muerte se mantenga  vivo, y que yo renazca y esté dispuesto a seguir cabalgando por los caminos de la Mancha, cada vez que mis discursos o mis aventuras hagan reflexionar a alguien o  le arranquen  una sonrisa.



04 abril 2016

LAMENTAMOS COMUNICAROS QUE ACABAMOS DE
RECIBIR UN CORREO DESDE CERVEZAS SAN MIGUEL
EN EL QUE NOS COMUNICAN QUE LA SRTA. ELVIRA,
ENCARGADA DE REALIZAR LAS VISITAS GUIADAS
A ESAS INSTALACIONES, SE HA DADO DE BAJA
REPENTINAMENTE Y RESULTA OBLIGADO POSPONER
DICHA VISITA HASTA QUE SE REINCORPORE A SU
LABOR.
OS INFORMAREMOS CON SUFICIENTE ANTELACIÓN
LA NUEVA FECHA, CUANDO NOS LA COMUNIQUEN.

LA JUNTA DIRECTIVA.



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